Según avanza la investigación del asesinato de Daniel Sancho al colombiano Edwin Arrieta, salen a la luz nuevos detalles que podrían dar un giro a lo que se sabía hasta ahora. De hecho, la Policía, según apuntaron medios locales, habrían encontrado en el teléfono móvil del español varios mensajes con amenazas de muerte de la víctima si el primero rompía la relación que tenían. Una relación que, según confirmó el propio criminal confeso, no era sentimental, aunque sí reconoció haber mantenido con el cirujano relaciones sexuales de forma esporádica. Y, por ello, tal y como agregó en su declaración ante el juez, Arrieta le tenía intimidado también con difundir fotografías íntimas «para hacer temblar la reputación de su familia».
Ante estas nuevas pruebas, el proceso contra el joven, que ingresó en prisión a principios de semana acusado de asesinato premeditado, podría llevar un nuevo camino, al considerarse que no se trató ni de un crimen pasional ni económico.
El hijo de Rodolfo Sancho, además, parece ser consciente de todo lo que ha ocurrido y la prensa local también se hizo eco del hecho de que el español, cuando ya estaba custodiado por los agentes de la isla de Koh Phangan, envió mensajes de móvil a varios amigos, a los que les decía: «La he liado, no tenía otra opción», despidiéndose de ellos y pidiéndoles que se «olvidasen» de él.
Y en plena reconstrucción del crimen, antes de entrar en prisión, el asesino confeso se mostró notablemente afectado, pidiendo a la Policía un momento de relax y apartándose de los agentes para remojarse los pies en el mar y hacer varias respiraciones profundas. Algo que, además, ha tenido su continuación tras ingresar en la cárcel, donde lo primero que hizo fue pedir medicamentos contra la ansiedad.
Cambio de destino
Mientras, la prensa nacional también está sacando a la luz nuevos datos sobre este caso, como que Sancho tenía inicialmente previsto un viaje a Ibiza para las fechas en las que viajó a Tailandia, pero lo cambió ante la presión del cirujano colombiano, que le conminó a encontrarse con él en la isla de Koh Phangan.
Además, algunos expertos señalaron la posibilidad de que el joven «estuviese acompañado» durante el asesinato y el descuartizamiento, puesto que desmembrar un cadáver «lleva mucho tiempo», y él aseguró que tardó apenas tres horas en hacerlo. Asimismo, consideraron «absurdo» que unos restos del cuerpo los llevara al mar y otros al vertedero, puesto que en caso de que hubiesen arrojado todos al agua, «nunca se hubiera descubierto».
Entre tanto, la familia del español publicó un comunicado en el que subrayó que siente «mucho el fallecimiento de Edwin» y reiteró su intención de no hacer más declaraciones para «respetar el momento tan doloroso que estamos viviendo ambas familias».
El propio padre del encarcelado, el actor Rodolfo Sancho, que llegó a última hora del miércoles a Tailandia, pidió disculpas a los seres queridos del difunto alegando que no sabe lo que le pasó a su hijo: «Sufrió un trastorno, lamento lo sucedido». Y en un mensaje específico para la hermana de la víctima, se explicaba que «lamento mucho lo sucedido con tu hermano. Pienso que tuvo que haber tenido un trastorno. Disculpa, somos dos familias destruidas. Lo siento. No sé qué se le ha podido pasar por la cabeza a Daniel. Disculpa, estamos muy confundidos con todo lo que está pasando».