Hacer frente al pago de una vivienda en renta en España, así como a todos los gastos que conlleva, luz, agua, teléfono, se presenta prácticamente como una misión imposible para la mayoría de los menores de 35 años, según sostiene el Consejo de la Juventud de España, que en su último informe publicado ayer avisó de que en 2023 el precio de las viviendas en alquiler alcanzó el valor más alto de la historia, con 968 euros al mes, 88 euros más que un año antes (+10%), por lo que los jóvenes deberían destinar a ello el 92,1% de su salario.
Según este análisis, que coincidió con el Día Mundial de la Juventud, los suministros sufrieron una subida de precio del 17,3% en un año, lo que encarece aún más las altas tarifas del mercado inmobiliario.
Además, tal y como reflejó el estudio, ni siquiera alquilando una habitación en lugar de una vivienda entera las personas jóvenes se libran de dedicar el 30% de su nómina a esta partida (el máximo que recomiendan los organismos internacionales) pues, en España, el precio mediano de una habitación era de 380 euros al mes, el 36,2% del salario neto mensual de una persona joven, un porcentaje que sube hasta el 40% en algunas capitales de provincia, como Málaga, Sevilla, Barcelona, Valencia, Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas de Gran Canaria o Palma de Mallorca.
Por otro lado, la estadística reveló que la tasa de emancipación en España subió hasta el 17% en el segundo semestre de 2023, siete décimas más que en el primer semestre de 2023 y un punto más que hace un año, aunque 7 de cada 10 jóvenes que trabajan (70,4%) siguen viviendo en casa de sus padres.
La presidenta del Consejo de la Juventud, Andrea González Henry, criticó que «tenemos los alquileres más altos de la historia».
Asimismo, el vicepresidente del CJE, Juan Antonio Báez, valoró que en España ser joven es un «factor de riesgo» y lamentó que se trata de una generación que «ha llegado tarde» a los «sueldos dignos» o, incluso, a poder plantearse tener hijos.
Entre las soluciones que el CJE consideró necesarias, puso en valor la reforma laboral o la subida del salario mínimo para reducir, entre otros aspectos, la temporalidad.