Grego Sierra cumple su tercera campaña en el Burgos CF y es uno de los veteranos del vestuario. Confía en las capacidades del equipo, aunque prefiere no echar la vista mucho más allá de la permanencia. Pese a todo, está convencido de que si logran reconducir los resultados a domicilio tendrán la oportunidad de vivir «una situación muy bonita», sin entrar en objetivos concretos. Asegura estar «muy contento» en Burgos, además de destacar el crecimiento que ha tenido el club en estos últimos años. También ha notado el cambio de sistema y trata de adaptarse a las nuevas circunstancias, ya que ese paso adelante que ha dado al equipo ha dejado más expuestos a los defensas.
¿Está siendo una temporada rara?
Es cierto que la campaña está siendo atípica porque no haber puntuado fuera hasta la pasada jornada no es algo normal. También es cierto que tampoco es habitual seguir invicto en casa y que hayamos ganado tantos partidos en El Plantío. Eso es raro, pero haciendo balance de la puntuación creo que el mensaje es que a nada que rasquemos algo más fuera estaremos en una situación muy bonita.
Ve el vaso medio lleno, aunque hay gente que cree que está medio vacío y piensa en qué va a pasar si el equipo baja el pistón en El Plantío.
Cada uno le dará el enfoque que quiera. Soy de los optimistas y creo que, por capacidad, este equipo puede hacerlo. No tenemos que dejar que esa situación fuera empañe el trabajo que se está haciendo en casa.
¿Esa montaña rusa de resultados en la que se ha convertido la temporada afecta?
No es la situación idílica, ni lo que queremos. Queremos dar continuidad al trabajo que estamos haciendo en casa, pero en el vestuario todos tenemos cierta capacidad para saber en qué hay que mejorar y a qué hay que darle una vuelta más para conseguir más fuera de casa. Estamos totalmente enfocados en eso, lo hablamos, lo analizamos y en esa labor estamos.
¿Los errores puntuales son los que están penalizando al equipo a domicilio?
Sabemos que esos detalles tenemos que tenerlos controlados en esta categoría. Aunque esos errores que acaban en goles, penaltis… también les pasan a otros equipos. Lo que hay que hacer es analizarlo en frío y sacar conclusiones. En Ferrol demostramos que podemos ser un equipo más sólido, aunque la pena fue que otro error nos costó un gol. Lo positivo es que apretamos hasta el final, aunque también hay que reconocer que no reaccionamos hasta que no nos dan un golpe y a veces esa reacción no da para puntuar. Hay que evitar todo eso y ser capaces de pegar el primer golpe.
¿Ese punto de Ferrol fue una liberación?
Nos libera sin duda porque al final ves que estás remando y que no te da para puntuar y la situación es frustrante. Lograrlo en la última jugada del partido también demuestra el espíritu del equipo, que siguió empujando hasta el final pese a venir de una racha muy negativa. Fue un empate valioso y esperamos que suponga un punto de inflexión.
¿Satisfecho de cómo va la temporada en lo personal?
Estoy contento y muy cómodo en el equipo. Estoy ilusionado con esta temporada.
(La entrevista completa, en la edición impresa de este miércoles de Diario de Burgos o aquí)