Para cuando Franvvi ha empezado a tocar en la segunda jornada de conciertos de la Plaza del Trigo ya resultaba imposible acceder. Todos los accesos están cortados desde al menos media hora antes, al haberse llegado al límite del aforo fijado por la Junta de Seguridad Local este año, el primero que se cuenta con unas cámaras en tiempo real que controlan la afluencia de personas en la zona.

No más de 5.000 personas pueden estar a la vez en el primer tramo de este mítico espacio, aunque a partir de la zona que está fuera del alcance de este sistema de conteo se pueden juntar prácticamente los mismos, por lo que hoy rozan ya las 10.000 almas. Policías locales y voluntarios de Protección Civil controlar perfectamente los cruces, con el puesto de mando en la Consejería de Promoción, la llamada Casa de los Fantasmas, en el que también está la Policía Nacional.

El corte de los accesos ha llenado las calles del centro de Aranda de sonorámicos que iban y venían cual zombies buscando una forma de entrar sin éxito. Pero como son de buen conformar y en Sonorama Ribera la música te asalta a la vuelta de cualquier esquina, se compraban una pistola -a 5 euros las ofrecen- y aprovechaban para almorzar algo o para conocer otros escenarios y enfilar por ejempo hacia la Sal y el Charco Diario de Burgos, que hoy aprieta el calor y con los 36 grados que se esperan alcanzar hoy en la ciudad, cualquier sombra está más cotizada que el agua.