La sobredemanda del grado de Medicina, pese a encontrarse entre los que presentan una mayor nota de corte para entrar, no solo se circunscribe a una mera percepción social. Los datos demuestran el elevado interés existente, así como un escenario en el que la oferta de plazas queda muy por debajo de las solicitudes cursadas. Más de 11.000 preinscripciones (11.228) se han cursado este año eligiendo como primera opción universidades del entorno de Burgos que imparten estas enseñanzas y que solo han atendido 918, el volumen de vacantes disponibles y que se vería incrementado al menos en otras 72 en caso de que la Junta atienda la eterna reivindicación de la UBU de crear una facultad en Burgos.
Esta clara preferencia por parte de los estudiantes es una de las razones que subraya la institución académica local a la hora de reclamar este título superior, unida al hecho de que lidera el éxodo de los alumnos burgaleses que salen de la ciudad para iniciar su etapa universitaria, con un récord de 62 el pasado ejercicio lectivo. Y como siempre han remarcado sus responsables, no debe olvidarse que no son pocos aquellos que se quedan fuera por no disponer de los recursos económicos necesarios para poder residir fuera de casa.
La Universidad de Salamanca encabeza la demanda al haber recibido 3.919 solicitudes, de las que solo puede atender 207, mientras que a Valladolid han llegado 1.574 para 219 vacantes. Fuera de Castilla y León y también según fuentes académicas, el País Vasco contabiliza 3.018, tanto para estudiar el grado en castellano como en euskera, con 368 puestos, y Cantabria 2.717 peticiones con una oferta de 70 plazas. Se trata, además, de peticiones de primera opción de grado y campus, recogidas en una única preinscripción autonómica, de tal forma que los aspirantes pueden quedarse fuera de estos destinos pero acceder a los de otras Comunidades o entrar en segunda y sucesivas alternativas. Esto abre la posibilidad de ser admitido en varias y elegir solo la que más se ajusta a sus objetivos renunciando al resto. Hay que tener en cuenta que el perfil de este estudiantado, marcado por el carácter vocacional, le lleva a presentarse a más de un proceso de admisión, llegando incluso a darse casos de matrículas formalizadas una vez iniciadas las clases en septiembre debido a los continuos movimientos que se producen en las listas de espera y que varían las notas de corte.
(Más información en la edición en papel de hoy de Diario de Burgos o aquí)