Investigadores de la Policía Judicial y Científica de la Guardia Civil acudieron ayer por la mañana al monasterio de San Pedro de Cardeña con el fin de recabar datos que ayuden a dar con los autores del robo de 115 piezas de la colección Escolar-Puente cometido en la noche del domingo. Tomaron huellas de las tres vitrinas saqueadas, del retablo que utilizaron para descender desde la vidriera al suelo y de todos los objetos que pudieran estar a mano de los ladrones.
Asimismo, tomaron declaración a los monjes cistercienses, en especial a los que supervisan las visitas al convento, los guías. Según ha podido saber este periódico, en las últimas semanas detectaron la presencia de turistas ‘sospechosos’, «por el modo en que observaron las obras artísticas y el lugar donde están expuestas». Aunque no se descarta ninguna vía de investigación, han puesto a la Guardia Civil sobre la pista de unos ciudadanos del Este de Europa -rumanos o búlgaros- que habrían acudido hace pocas fechas a ver la muestra.
En el monasterio no cuentan con cámaras de videovigilancia, aunque la Guardia Civil revisará los dispositivos de este tipo que pueda haber en la ruta hasta San Pedro de Cardeña con el fin de comprobar si detectaron la presencia de algún vehículo sospechoso el domingo por la noche.
Por su parte, el subdelegado de Gobierno, José María Arribas, asegura que la Policía Judicial mantiene abiertas todas las vías de investigación. De hecho, la Benemérita trabaja en coordinación con el Grupo de Delitos contra el Patrimonio Histórico y Artístico de la Unidad Central Operativa (UCO). El objetivo es «controlar los circuitos de comercialización de obras de arte con el fin de saber si alguien intenta vender alguna de las piezas robadas».
Arribas señala que la Guardia Civil no cuenta con datos que permitan relacionar este expolio con el que sufrió la villa romana de Baños de Valdearados en diciembre del pasado año, cuando los ladrones se llevaron y destrozaron la parte central del mosaico dedicado al dios Baco. Un caso éste sobre el que también trabaja la Comandancia de Burgos en colaboración con Madrid.
Una de las razones que llevan a no descartar ninguna hipótesis, según el subdelegado, es la distinta naturaleza de las piezas robadas. Por un lado las cajas y las esculturas de San Juan y el niño Jesús, «con un valor artístico y patrimonial alto», y por otro las monedas y arras obra de Segundo Escolar, cuyo «principal valor es el material -oro, plata y bronce- con el que están fabricadas». En este sentido puede que las obras tomen distintos caminos.