Cada vez que llega el verano los vecinos del Casco Histórico Alto, especialmente los que viven pegados a las laderas del Castillo, están en permanente alerta por temor a un incendio. El último susto se lo llevaron la noche del sábado en el entorno de la calle Eras de San Francisco. Por ello, desde la Asociación Casco Histórico Alto reiteran la necesidad de que el Ayuntamiento realice limpiezas periódicas de la maleza y frene el botellón.
En marzo remitieron un escrito en este sentido en previsión de que se pudieran producir sucesos similares a los registrados otros veranos en la misma zona que el de este año y también en el tramo más próximo al barrio de San Pedro de la Fuente. «El año pasado y el anterior sucedió lo mismo y fueron incendios provocados con riegos importante para las viviendas. El Ayuntamiento ya sabe que es necesario limpiar el Castillo. ¿A qué van a esperar?, ¿a diciembre? No vale con hacer unas siegas. Hay que quitar la maleza en junio y luego hacer intervenciones en el interior del parque. Hay ramas caídas desde el último vendaval», apuntó Francisco Bárcena, presidente de la Asociación Casco Histórico Alto.
De hecho, la maleza ha campado a sus anchas en la zona del parque paralela a la calle Eras de San Francisco, desde la Camposa hasta el Arco de San Esteban hasta finales de junio cuando la Concejalía de Medio Ambiente contrató la siega. Precisamente, el hecho de que la hierba de la zona más próxima a las casas fuera segada hizo de cortafuegos y evitó que las llamas subieran a la parte alta del Castillo. Al parecer, el fuego se originó en una zona en la que hay bloque de hormigón junto a una torreta eléctrica en la que generalmente se reúnen los jóvenes para hacer botellón.
Reunión en septiembre. El concejal de Medio Ambiente, Carlos Niño, se ha comprometido con los vecinos a mantener una reunión en septiembre con el objetivo de revisar el parque para que indiquen las zonas en las que es necesario intervenir. «Es complicado intervenir en esta zona, dado que no se puede meter maquinaria, pero mantendré una reunión con ellos para conocer las necesidades», indicó el edil.
Niño recordó que los técnicos de la Concejalía de Medio Ambiente realizan visitas periódicas al parque por el elevado uso que tiene. Según detalló, en sus informe se ha constatado que el estado general del parque es bueno. No se descarta realizar un contrato menor para actuar o hablar con la empresas adjudicataria de los parques y jardines. También recordó que el nuevo contrato, que en la actualidad está en licitación, prevé un apartado especial para el Cinturón Verde. Sin embargo, pasarán al menos nueve meses hasta que esté adjudicado. «Las podas no se pueden hacer todos los años. Se hizo un importante trabajo en 2022 y hay que esperar unos años», añadió el edil Carlos Niño.
El Cinturón Verde con el que cuenta la ciudad tiene 1.600 hectáreas, de las que 1.000 son municipales y el resto pertenecen a otras administraciones públicas (Junta y Diputación). Las parcelas que lo integran están repartidas por el Castillo, el cerro de San Miguel, Villatoro, Fuentes Blancas, Monte de la Abadesa, el campo de tiro de Villalbilla o Río Vena. De hecho, hay un plan para su gestión que alcanza hasta 2031 y en el que se plantearon inversiones por 4 millones.