Un proyecto vivo de danza contemporánea y multidisciplinar, con orígenes en el significado del barro, ha servido para transformar en arte las cenizas. Lodazal se alza como una sorprendente creación de vídeo de 17 minutos, del director Juan Vicente Chuliá, rodado en los pueblos afectados por el incendio del Arlanza. Un escenario de ruina que buscaba ahondar en cuestiones con una relevancia social, evitando quedar en una mera alegoría sobre lo rural.

«Cuando ocurrió el incendio pasaron por Santibáñez del Val y es una mezcla de la danza hablando de la España Vaciada y del incendio», explica Ana María García, alcaldesa del pueblo. Acudió a la presentación en Madrid de esta obra de la compañía En Clave Danza, donde se puso de manifiesto cómo «de lo quemado también resurge el arte». 

Las ruinas se convirtieron en el escenario de una creación que cuenta con la música de Antonio Martín Perez y de Ramón Paus. Mientras, en escena se encuentran las bailarinas y coreógrafas Estrella Martín Picanes y Cristina Masson. Desde Santibáñez se espera que el grupo regrese este verano con el fin de que toda la zona conozca esta «inspiración artística» que surgió a partir de la catástrofe natural ocurrida en Arlanza.

El propósito de la obra en un primer momento pasaba por focalizarse en la crueldad, en sus diferentes contextos socioculturales. Pero al empezar el trabajo de investigación dieron con la temática de la España Vaciada. Así llegaron a los pueblos burgaleses devastados por las llamas y, concretamente, a la alcaldesa de Santibáñez, que se mostró especialmente entusiasmada con un proyecto que iba a plasmar lo que habían vivido.

La pequeña localidad demuestra con esta pieza su gran apuesta por el mundo del arte, algo que se verá impulsado con la creación próximamente de tres espacios (uno municipal y dos iniciativas privadas) destinados a la cultura.