En septiembre de 2005, la inmobiliaria Fadesa anunció la construcción de un complejo residencial en Buniel dotado con 1.416 viviendas, amplias zonas verdes, deportivas y piscina. Todo previa inversión de casi 200 millones de euros. La compañía española registraba una alta actividad por buena parte del territorio nacional, aunque por aquel entonces había centrado su punto de mira en Castilla y León.
En plena expansión urbanística del Alfoz de Burgos, la ilusión se desató y las primeras reservas de los primeros 300 chalets corrieron como la espuma. Sin embargo todo cambió de forma radical en julio de 2008 tras destaparse una deuda de 5.200 millones que desencadenó en la entrada en suspensión de pagos de la ya entonces Martinsa-Fadesa. Tan solo unos meses después, a comienzos de 2009, estaba previsto entregar las primeras viviendas.
Más de 6.000 días después, el administrador que guía el desmantelamiento de la constructora acaba de vender toda la participación que todavía tenía sobre el suelo. Aunque esta operación no supone más que una de las tantas transferencias de activos que se han llevado a cabo durante los últimos años, sí conlleva la despedida definitiva de la mercantil tras dejar un armazón de hormigón y restos de obra al pie de la A-62. La misma suerte han corrido los activos que Martinsa-Fadesa poseía en provincias como Alicante y Valladolid.
Según ha podido conocer este periódico, la compañía Fortuño Gil es la nueva propietaria del porcentaje que mantenía la constructora en Buniel. Se trata de una sociedad radicada en Castellón de la Plana y especializada en la intermediación en asesoramiento de empresas, así como de personas físicas o jurídicas, privadas o públicas, la intermediación en actividades de administración, gestión y representación de patrimonios e intereses por medio de profesionales titulados.
La salida de Fadesa del entramado administrativo en el que se convirtió la urbanización Ciudad Jardín Soto del Real tras la quiebra de la constructora, sin embargo, no permite pronosticar que a corto plazo vaya a producirse algún tipo de movimiento para desbloquear la situación. Actualmente siguen siendo varias las mercantiles dueñas del total o de buena parte de los solares que componen este sector urbanístico.
Olvido perjudicial. Los años de abandono, de continuos trámites y de ningún avance han convertido a este entramado de calles y esqueletos de hormigón en un auténtico basurero. Aunque tras las reiteradas quejas del Ayuntamiento de Buniel se consiguió que el administrador procediera a vallar el recinto, las puertas desde la rotonda son ya historia.
En el interior del complejo se amontonan desde hace años toneladas de basuras, escombros, neumáticos, plásticos y todo tipo de enseres. Hasta los aros de las tapas de las alcantarillas son ya historia.