La investigación abierta por la Guardia Civil tras la detención el pasado 22 de diciembre en Medina de Pomar de J.M.R.P., de 56 años, sigue dando frutos y a los robos reiterados en dos viviendas que se le achacaban entonces se han sumado ya robos en otras tres casas, que como las anteriores se sitúan en Medina de Pomar. Según ha podido saber DB, este trabajador de la plantilla del Ayuntamiento medinés, ahora de baja por enfermedad, fue detenido por segunda vez la pasada semana en relación con estos nuevos hechos. Hay mucho trabajo por delante, teniendo en cuenta que en el registro de su domicilio se hallaron, al menos, una treintena de juegos de llaves, con los que según la Benemérita se hizo "ilícitamente por el método del descuido".
DB ha podido saber que cuatro de los cinco hogares en los que hasta ahora se le imputan robos con fuerza pertenecen a conocidos empresarios con negocios en la ciudad. El ladrón conocía los movimientos de las familias y aprovechaba para entrar en sus casas en horas de trabajo, durante viajes de vacaciones. Asimismo, en algunos casos han sido hijos de las familias los que habían supuestamente perdido las llaves, pero ahora la sospecha es que se las robaron.
Al menos, en dos de los nuevos casos que se investigan, los propietarios creyeron conocer sus llaves, al ver la imagen que la Guardia Civil difundió a través de los medios de comunicación a principios de enero. Los robos se habrían cometido en años pasados, entre 2017 y la actualidad. En algunos casos no se habían denunciado, porque la ausencia de cualquier desperfecto o muestra de que alguien hubiera entrado en la casa forzando la puerta o cualquier otra vía de entrada, hacía que las sospechas pudieran recaer sobre integrantes de la misma familia y las víctimas preferían evitarse problemas, a pesar del disgusto que tenían por el robo.
J.M.R.P. llevaba años entrando en la vivienda de un vecino de su mismo edificio, sin que sus dueños se percataran. Vivían puerta con puerta, en el mismo rellano. Lo que si notaban las víctimas era como desaparecía su dinero, sus joyas, décimos de lotería e incluso alimentos sin explicación alguna, con la tensión que ello conllevaba. No denunciaban, porque veían imposible que alguien pudiera entrar en su casa. Pero finalmente decidieron poner cámaras de videovigilancia y así lograron desenmascarar a un hombre que entraba en su hogar ataviado con un pasamontañas que solo dejaba ver sus ojos y su boca. Creyeron reconocerle y el registro realizado en su domicilio con una orden judicial sirvió para localizar algunas de las pertenencias que habían echado en falta, así como la ropa que mostraba en las imágenes grabadas.
Estos hechos llevaron a la Guardia Civil hacia otros tres robos de grandes cantidades de dinero en metálico ocurridos en una dire-cción muy cercana en los años 2006, 2009 y 2016, aunque los dos primeros habrían prescrito por los años transcurridos. El pasado diciembre, la titular del Juzgado Número 1 de Villarcayo decretó prisión provisional bajo fianza para el presunto autor de un delito continuado de robo con fuerza, debido al empleo de llaves supuestamente sustraídas. Llegó a ingresar en la cárcel, pero a las pocas horas se depositó la fianza, por lo que salió en libertad provisional. Asimismo, la juez decretó como medida cautelar la prohibición de aproximación a la casa de su vecino, con lo que ha tenido que dejar su domicilio.