Cumplir con lo pactado. Nada más y nada menos. Eso es lo que la plantilla de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre-Real Casa de la Moneda (160 en Burgos y 1.180 en Madrid) exige a la dirección de la entidad pública empresarial tras el acuerdo pacto el 28 de junio.
El acuerdo de modificación del convenio que negoció la compañía y los sindicatos contemplaba, entre otras cuestiones, la rebaja de la jornada semanal máxima de las 37,5 horas actuales a las 35. Además, abarcaba el compromiso de agilizar la cobertura de vacantes o la remodelación de los horarios. Sin embargo, y a 20 de enero, desde CCOO apuntan que nada de eso se ha cumplido. Es más, admiten que la FNMT se ha puesto en contacto con ellos para renegociar el acuerdo desde cero, pese a haberlo rubricado antes de las vacaciones de verano.
De este modo, el pasado miércoles iniciaron un proceso de movilizaciones: los empleados del centro que la FNMT tiene en la calle Jorge Juan de Madrid rodearon las instalaciones entre las 10 y las 10:30 horas. En la sede de la avenida Costa Rica de Burgos los primeros pasos se darán el 31 de enero. Esta jornada se realizarán dos paros de dos horas, concentradas entre las 12 y las 14 y entre las 14 y las 16 (turno de mañana y de tarde).
Recuerdan desde CCOO que el origen de este conflicto se remonta a la aprobación -junto a UGT y el Gobierno- del 'Acuerdo para una Administración del siglo XXI' que se selló en octubre de 2022 y que pretende devolver los derechos perdidos a los empleados públicos. A raíz de este documento, cada organismo dependiente del Ejecutivo debía negociar una serie de condiciones. Este pacto es el que se alcanzó en junio de 2023 tras insistir en numerosas ocasiones la plantilla de la FNMT para que la empresa se sentara a negociar.
Es ahora cuando denuncian que la firma se niega a aplicar lo pactado. «Al principio nos pusieron como excusa las elecciones, luego la formación de Gobierno y ahora que quieren dar una vuelta al acuerdo», lamentan desde CCOO. Es más, dejan claro que los logros que arrancaron de las conversaciones de la pasada primavera no se tocarán. «Las 35 horas dejaron hace ya mucho de estar en discusión y en ningún caso van a formar parte de una hipotética negociación futura», sentencian.