Rubén L.R. asegura que en su casa solo tenía un "taller de bricolaje" con herramientas que usaba "para casa" gracias a sus conocimientos de soldadura por el trabajo en un taller de metalurgia de Miranda de Ebro. Niega la posesión del fusil y el subfusil de guerra y de los explosivos, pese a que la Guardia Civil los encontró en su habitación y en una mochila en el pasillo del domicilio de la calle Condado de Treviño y solo reconoce como suyas 16 armas de avancarga "para coleccionismo".
En su lacónica declaración durante el juicio que se celebra esta mañana en la Audiencia Provincial, este mirandés de 45 años ha afirmado que "estaba a punto" de sacarse el permiso de armas, ya que carecía de cualquier tipo de autorización, y que montaba y desmontaba las armas para "saber cómo se cargaban" pero que "no estaban listas para disparar".
El acusado, que se enfrenta a 16 años de cárcel por sendos delitos de depósito de explosivos y de armamento de guerra y de fuego, ha reconocido que compraba por Internet a armerías, entre ellas una de Eslovaquia, pero no armamento de guerra ni productos explosivos, salvo pólvora negra.
Al comienzo de la vista oral, el abogado defensor ha solicitado la nulidad de la entrada y registro practicado en el domicilio y también en un garaje de la calle Arenal por entender que estaba autorizado para el día anterior al que se produjo, el 27 y no el 28 de noviembre de 2019. De este modo, considera que debe declarase nulo su resultado y todos los elementos intervenidos por la Benemérita.
Para la fiscal se trata únicamente de un error material del juzgado de guardia, de los muchos que se producen en el día a día de los tribunales, desmontable con la lógica cronológica de los hechos y sin incidencia en la causa.
La petición se resolverá en la sentencia de la Audiencia.