Aranda deja sin tramitar muchas multas por orinar en la calle

L. NÚÑEZ / Aranda de Duero
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Medio Ambiente apenas ha gestionado 41 expedientes en lo que va de año por la falta de personal. Las sanciones por este tipo de conductas oscilan entre 200 y 750 euros. Los barrios más afectados son el Centro y Santa Catalina

El patrimonio histórico arandino sufre con estos comportamientos incívicos. - Foto: DB

La Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Aranda de Duero ha tramitado 41 expedientes sancionadores en lo que va de año contra ciudadanos que satisfacen sus necesidades fisiológicas en plena calle. La mayoría de los casos ya están cerrados, tras afrontar el pago de una multa de 200 euros como mínimo, pero que en el supuesto de que existan agravantes pueden alcanzar los 750, según establece la ordenanza municipal que regula la limpieza viaria. 

A la espera de que concluya 2024  se ha registrado una caída del 40% en el número de sanciones por orinar o defecar en las vías y avenidas de la capital ribereña en comparación con las 70 que se instruyeron en 2023. Detrás de este descenso se halla, sobre todo, la escasez de personal municipal. El concejal de Medio Ambiente, Carlos Medina, indica que desde octubre del año pasado han pasado «varios meses sin administrativo o sin auxiliar, o ninguno de los dos». Ha sido una situación de «provisionalidad permanente entre bajas, puestos sin cubrir y vacaciones acumuladas» y se ha prolongado casi un año.  

Este panorama implica que «se actúa en la medida que hay capacidad», como afirma Medina, al tiempo que recuerda que este tipo de multas llegan desde la Policía Local arandina y luego las instruyen en Medio Ambiente. «No es un procedimiento (administrativo) complicado, pero requiere tiempo y alguien que se dedique a ello. Es como una cadena de producción: si falla algún punto, no hay producción», explica. En cualquier caso, remarca que «no hay impunidad» y que «se actúa en la medida de lo posible».  

Aunque «con más medios administrativos y patrullas a pie de calle habría más capacidad sancionadora», Medina defiende que no es el único problema. El edil precisa que hay más de un centenar de locales de hostelería que cuentan con baños abiertos al público y que en la mayoría de eventos que se celebran en Aranda se instalan aseos químicos, como en Sonorama Ribera, las fiestas patronales o la Gran Fiesta de la Vendimia. Además, «después de cada acto en verano se han realizado baldeos con agua y jabón por parte de Aseo Urbano para reducir la suciedad y los olores». Sin embargo, hay quienes continúan orinando en la calle, sobre todo hombres y en puntos céntricos y cercanos a las zonas de ocio nocturno como la plaza de la Ribera o la calle Prado Marina e, incluso, junto a la iglesia de Santa María. 

De hecho, según los datos facilitados por Medio Ambiente, los barrios más afectados por los orines son el Centro y Santa Catalina, que acumulan el 70% de los expedientes sancionadores. A la vista de estas circunstancias, el concejal subraya que «no es un problema solo de sanción, ni de medidas preventivas o limpieza» sino que se trata de «un problema de concienciación y educación ciudadana».  

«Pérdida de lo comunitario». En esta línea también se expresa el psicólogo ribereño Mauro González, quien apunta que detrás de estos comportamientos incívicos se esconde «una pérdida tremenda de lo comunitario». Dicho de otra manera, se ha pasado del 'yo soy yo y mis circunstancias (respeto por el entorno, la naturaleza, los demás...)' a algo así como 'yo, yo y yo'. Según expone González, el momento actual está marcado por el individualismo y la subjetividad del yo soberano, «que viene a decir que yo soy yo y hago lo que me da la gana. No sentimos lo que es común y cunde la sensación de invulnerabilidad, de que hagas lo que hagas nadie te puede echar nada en cara», reflexiona.

A su juicio, «en la sociedad actual falta el valor del cuidado de los demás», que incluye el cuidado del mobiliario, del patrimonio, de las calles... González advierte de una «regresión de lo civilizado» y tampoco se olvida de que cada vez se valora más lo instantáneo frente a la reflexión. Aplicado a este asunto, afirma que «lo instantáneo en alguien que se está orinando es orinar, aunque sea en la calle, en lugar de pensar dónde hay un baño y de tener un poco de paciencia».  

Finalmente, sobre la intención de construir baños públicos, el concejal de Medio Ambiente detalla que se encuentran analizando de qué manera se puede acometer y que lo primero será plantear un proyecto el próximo año. «Valoraremos su ubicación y qué modelo de baños públicos queremos. La idea es que sean fijos, pero debemos tener en mente el problema del vandalismo. Vamos a aprender de los errores e ir paso a paso», concluye, en referencia a los graves destrozos provocados en los aseos del Picón.