El aeropuerto de Burgos agota las opciones para resultar atractivo, tanto para los operadores comerciales como para las compañías logísticas. Ninguna de las dos alternativas presenta soluciones sencillas a corto o medio plazo, sobre todo con los resultados históricos de una infraestructura que se apoya en la actividad diaria de la escuela de pilotos para encontrar su razón de ser.
Si hay algo claro es que Villafría no puede competir con otros aeropuertos del entorno y que el desarrollo de una línea regular comercial exige un gran esfuerzo a la administración pública con escaso retorno para la capital y la provincia.Por ello, Burgos su hueco en el sector a pequeña escala y su crecimiento como instalación especializada en mercancías tampoco resulta fácil.
La red de distribución española está totalmente implantada y, hasta el momento,la capacidad de Villafría como centro logístico de mercancías es totalmente residual desde su apertura en el año 2008. Algo que ocurre con la mayoría de las infraestructuras más pequeñas gestionadas por Aena.
Habitualmente, las operaciones de mercancías que operan desde Burgos están vinculadas con el transporte y la distribución de accesorios, piezas y repuestos relacionados con la industria de la automoción.
Pensar en un despegue meteórico de la dotación sería irreal salvo que las diferentes estrategias de la compañías pusieran a Villafría en el mapa.Vitoria es el cuarto aeropuerto con mayor volumen de mercancías en país debido a su condición de punto logístico clave en el norte. Siguiendo esta línea, Burgos solo podría captar la atención de este tipo de grandes compañías llegadas desde Asia, algo que en este momento tampoco se trata de una alternativa posible.
Según los datos oficiales del gestor aeroportuario, el pasado año no se registró movimiento alguno de mercancías con salida o llegada en Burgos de los más de mil millones de kilos distribuidos en toda España. No es algo circunstancial, ya que en los primeros seis meses del ejercicio en curso tampoco ha despegado o aterrizado ni un solo kilogramo desde la infraestructura local.Siempre, tomando como referencia la estadística de Aena.
De hecho, ocho de estos 17 años de actividad se saldaron con un '0' en la columna de mercancías de Villafría. Durante esta etapa solo destacaron los 39.646 kilos registrados en 2019. Esas 40 toneladas fueron un oasis en mitad del desierto para poner a Burgos por encima de otros aeropuertos con muchísimo más tráfico de pasajeros como Asturias, Pamplona o Valladolid.
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