Miguel Pinedo Lavilla | Alcalde pedáneo DE suzana y agricultor.
«No estamos aquí por política, estamos por el bien del pueblo»
Suzana salió de las elecciones municipales de 2023 sin alcalde. Las personas que formaban la lista más votada renunciaron. No tomaron posesión del cargo y eso dejó a la entidad local de Miranda al borde del abismo. Si nadie daba el paso perdería su personalidad propia y se convertiría en un barrio de la ciudad. Al final, Miguel Pinedo se atrevió y el 25 de enero asumió el liderazgo de la Comisión Gestora, lo que en la práctica le convirtió en alcalde pedáneo. A sus 30 años, remarca que «no estamos aquí por política, estamos por el bien del pueblo». De hecho, puntualiza que él junto a los dos vocales cogieron el timón con las siglas del Partido Popular, pero solo porque fue la lista más votada y eso tenía que mantenerse inalterable. En cualquier caso, Pinedo sostiene que lo más importante era «conservar nuestra autonomía y economía, aunque tengamos muy poca capacidad», afirma.
Así entró en el Ayuntamiento de su pueblo, en el que nació, vive y trabaja como agricultor. En su familia no ha tenido muchos ejemplos, porque «solo un tío mío estuvo metido, pero igual fue hace 20 años», reconoce el novato. Aún así, asume que cuando sus vecinos se preguntaban quién asumiría el cargo muchos le miraban, ya que «querían una persona joven», por lo que «la gran mayoría apostaba por mí, aunque yo no quisiera en un primer momento». Pese a las reticencias iniciales, explica que es el benjamín de los residentes en Suzana y la gente prefería tener a su alcalde a mano. Él lo entiende de la misma manera, ya que «así todo resulta mucho más cercano y se aseguran de que conoces todos los problemas», opina.
Una de las personas que forma su equipo es Manuel Francisco Giner, un jubilado de la Azucarera, que empezó a vivir en la pedanía hace poco más de una década. «El que lo cogiera tenía que ser un agricultor, porque son los que más conocen el pueblo, los campos y sus caminos», remarca el vocal, quienbromea con que para convencer a Pinedo «le aumentamos el triple el suelo para que no se quejara». El chascarrillo se queda en la sala, porque el alcalde tiene claro que «esto lleva mucho tiempo, te sumas problemas a la cabeza y no hay nada a cambio, por lo que al final todo es perder». Pese a todos los puntos en contra, el joven asumió la responsabilidad y se puso como voluntario «pero lo hice también porque la gente me apoyó mucho y todavía lo hacen, lo que se agradece», ensalza.
En estos pocos meses al frente ya ha comprobado la lentitud de la administración. En el caso de las entidades locales de Miranda, las seis disponen de una asignación fija de unos 12.000 euros, aunque luego hay partidas extraordinarias que rotan entre todas las pedanías. «Lo que más tiempo lleva es cuadrar el presupuesto, porque no te dan todo de golpe y eso te condiciona», matiza el responsable al frente de Suzana, quien también lidia con una obra imprevista para arreglar una casa «y con eso hemos visto que nos comemos el dinero», agrega Giner, quien considera que reciben muy poco para todo lo que deben solucionar.
Este condicionante hace que no tenga grandes proyectos en cartera «porque soñar es gratis, pero nada más», afirma Pinedo, quien pese a todas los problemas que le puedan llegar y aunque no estuviera convencido en un primer momento, habla con ilusión, pero sobre todo con responsabilidad, del tiempo que le queda por delante, para lo que tampoco se pone límites.
Belén Esteban| Concejala de Aranda de Duero y diputada provincial.
«Nuestra premisa era no ser de ningún partido y sí de todos los arandinos»
Como si su vida diaria no tuviera ya bastantes alicientes, esta arandina de raza decidió el año pasado dar un paso al frente por su ciudad y presentarse a las elecciones por Sentir Aranda, una formación de gente comprometida en distintas áreas y asociaciones de la capital ribereña. No solo ganaron, sino que ese triunfo llevaba un premio extra, que le tocó a ella: ser diputada provincial. Belén Esteban, 40 años, casada y con un hijo de 6, se tiene que multiplicar desde entonces; ahora pasa horas y horas 'colgada' al teléfono y los viajes a Burgos son regulares porque está en todas las comisiones informativas y en el IDJ. En el Ayuntamiento arandino preside las áreas de Deporte y de Comercio y Consumo, que tienen mucho que ver con sus aficiones y su vida laboral; en cuanto a esta, trabaja desde hace 17 años en una tienda de Bellas Artes y Restauración (en la que ha reducido su horario), mientras que lleva décadas vinculada al mundo del ciclismo, ya que ha sido directora deportiva de un equipo juvenil, tarea que dejó al entrar en el Consistorio «por coherencia», afirma.
Hasta dar el paso para formar una candidatura, ni Belén ni el resto de componentes de Sentir Aranda, tenían vinculación con la política. De hecho, dice, una de las condiciones para formar la lista era no haber pertenecido a ningún partido. Querían llegar 'vírgenes', partir de cero y hacer otra política municipal que tuviera en cuenta a los vecinos y las necesidades de la villa y no deberse a nadie. Reconoce, eso sí, que había un caldo de cultivo porque se llevaba tres mandatos gobernados por el mismo partido y «se notaba cierto hartazgo». Fue un grupo de jóvenes quien lanzó una encuesta en redes sociales preguntando a los arandinos si querían trabajar por su ciudad. Ella fue una de las que respondió, como la mayoría de los que luego integraron la lista, que no se conocían entre sí, pero que lograron ilusionar a sus vecinos. Esteban no pensaba llegar tan lejos y su compromiso inicial fue ayudar hasta la campaña electoral, «y al final, fíjate», dice entre risas, al tiempo que recuerda que en Sentir Aranda no hay etiquetas «y hay gente de todos los colores».
Belén está muy centrada en lo que es la gestión del Ayuntamiento arandino, tarea no fácil porque, como explica, una vez que se está dentro hay que dar pasos atrás porque hay muchos problemas generados durante años, algunos enquistados, como el propio PGOU (durante dos años no se han concedido licencias de obras) o en el área de Personal.
En todo caso, asegura que en Deportes están yendo rápidos, con muchísimas actividades con calendario ya previsto; además, deportivamente la ciudad está de enhorabuena, con el ascenso a primera división del Balonmano Asobal. Una de sus prioridades son las infraestructuras deportivas, muchas pero diseminadas por la ciudad que se han ido quedando pequeñas, por lo que construir un gran pabellón será un proyecto inmediato y pensado no solo para deportes sino para eventos culturales y sociales.
En cuanto a su labor en la Diputación, dice estar en proceso de aprendizaje, pero le gustaría que se prestara más atención a los pueblos de la Ribera y en general a los pequeños y no solo a los de los diputados de la 'casa', donde ve cierta preferencia. Le preocupa el tema del agua y la despoblación, y cree que ahí se tiene que trabajar para que no falten servicios. Pero en general, cree que se está haciendo una buena gestión.
Mario Sanz González| Alcalde de Royuela de Río Franco y enfermero en Murcia.
Con una pancarta coronada por el emoticono de un mojón -zurullo o caca- en la que se leía Menos ciclismo, más cobertura, Mario Sanz escenificó la desesperación de cientos de alcaldes y concejales de pueblo que no saben ya qué más hacer para conseguir conectar a sus vecinos a una velocidad digna. Tras la queja al paso de la Vuelta a Burgos llevó al juzgado de guardia la falta de cobertura. Además, copió la bajada del Celedón de Vitoria para el pregón de sus primeras fiestas, solo que descolgó un router del balcón del Ayuntamiento. «No quiero estar otro verano pasando las de Caín sin wifi», apunta mientras espera a que Movistar acuda a colocar los aparatos que le permitirán cumplir el primer objetivo del proyecto con el que concurrió a las elecciones del 28 de mayo de 2023, al que título Vida y Paz (lo contrario de 'Pueblo pequeño, infierno grande').
Con el agradecimiento anticipado a la compañía por esa instalación culminará el Año de las Comunicaciones -«mi idea es habilitar una red wifi en el pueblo para teletrabajar y estudiar»- y empezará el de la Sanidad, en el que además de formar a los vecinos en primeros auxilios y urgencias quiere idear alguna opción de transporte para llevarlos al médico, que solo pasa un día a la semana.
El 'alcalde enfermero', como le conocen sus compañeros de profesión, ha trabajado en Italia, Canarias y de la UCI de un hospital de Murcia ha pasado al 061 de esa comunidad (las ambulancias de emergencias). Precisamente este destino le permite la «disponibilidad de tiempo» para viajar a Royuela de RíoFranco al menos una semana al mes.
«Fue coger el bastón y surgir los problemas», reconoce, aunque no se arrepiente de su decisión. «Yo quiero jubilarme allí y si no se presenta gente, no quedaría pueblo», apunta.La candidatura de Mario Sanz tampoco resulta extraña con los precedentes de su abuelo -al que llamaban el 'mandamás'- y su tía, que vino de Portugalete a Royuela. Ni contra ellos ni contra ninguno dirá una mala palabra.«Nunca voy a criticar su labor, porque nadie quiere ser alcalde», recalca.
Cada verano, en las piscinas, confeccionaba una candidatura imaginaria. Pero fue en las Navidades previas a las elecciones cuando se dio cuenta de que algo había que hacer.«Estábamos 4 en el bar, mi mujer, los dos camareros y yo», reseña. Consiguió una lista, todos criados como él en Royuela, pero no logró convencer a nadie que viva allí habitualmente. También les falta motivar a los jóvenes para que colaboren.
«La gente me está respondiendo muy bien», sostiene.«Ahora hablan más conmigo, la mayoría con problemas. Muchos miran solo por su esquinita del pueblo pero hay que mirar en global», reseña. El 'alcalde enfermero' viaja con su oficina móvil, una maleta con ruedas en la que lleva varias carpetas llenas de papeles, porque lo apunta todo y de todo hace croquis y esquemas. También lleva dos teléfonos y a los dos les funde las baterías.
En Murcia vive en una pedanía de 16.000 habitantes. «Siempre les digo que Royuela es mejor, porque no llegamos a 200 pero tenemos alcalde y ayuntamiento propio», bromea Mario, que presume de haber pasado muchas horas con los mayores de su pueblo entre charlas y partidas de tute, 43 y subastado. Y sabe que «prefieren contar una historia que tres pastillas». No hay mejor receta para este alcalde.