Familiares, amigos y compañeros de partido despidieron ayer a Julián Simón de la Torre, que falleció el pasado jueves tras un infarto a los 59 años de edad. Centenares de personas, entre ellos cargos electos en distintas instituciones, se acercaron al tanatorio de la carretera de Orón para dar el último adiós al histórico socialista que durante más de 30 años representó a Miranda y a la provincia desde el Congreso de los Diputados, el Señado o las Cortes de Castilla y León.
Fue un acto sencillo pero sumamente emotivo, en el que, al igual que ocurrió hace cinco años en el funeral de su padre, el exalcalde Julián Simón Romanillos, se escuchó el himno socialista, La Internacional, interpretado con un saxofón.
Y es que De la Torre dedicó gran parte de su vida a la política. Fue una de sus pasiones, como recordó el exalcalde Fernando Campo, quien junto a Juan José Laborda, expresidente del Senado y amigo íntimo de la familia, dirigieron unas palabras a los asistentes en las que recordaron con cariño al político mirandés. «La pasión por la política le vino de saga, desde su abuelo en la Guerra Civil, después su padre, y en los diferentes puestos en los que estuvo siempre intentó mejorar la sociedad y también Miranda», recordó Campo. El exalcalde mostró su pesar por la «injusticia» de «una muerte tan repentina», y más en la situación de De la Torre, que «había abandonado las responsabilidades políticas y estaba planteándose otra forma de vida», dijo, explicando que ahora el político «tenía nuevas ilusiones».
Una familia hundida
Todos los que conocieron a De la Torre valoran su apego a la familia, su devoción por su mujer, Begoña, su hija, María, y su hermano Juan Carlos, que ayer buscaban consuelo en todos aquellos que se acercaron a darles un cálido abrazo. «Es de las pocas familias que he conocido con un sentimiento familiar tan fuerte, y lo digo de corazón», dijo Campo, quien emplazó a María a «seguir la impronta» de la familia y continuar la labor política de su bisabuelo, su abuelo y su padre.
En esta despedida no faltaron tampoco las palabras de su inseperable amigo, Juan José Laborda. Muy emocionado, y sin poder contener las lágrimas, habló del «vacío insoportable» que sentía ante la marcha de De la Torre, recordando su trayectoria política hasta llegar a la vicepresidencia segunda de las Cortes de Castilla y León. «Su figura, su recuerdo y su vocación política permanecerán», señaló el expresidente del Senado, recordando a su amigo como una persona «cabal, gozador de la vida y con ganas de reírse incluso de sí mismo».
A la despedida de Julián Simón de la Torre acudieron numerosos representantes políticos, entre ellos el secretario regional del PSOE, Luis Tudanca, la secretaria provincia, Esther Peña y el senador Ander Gil, además de varios compañeros de otras formaciones políticas.