Con el viento a favor para cumplir el sueño de gobernar en Castilla y León, Luis Tudanca (Burgos, 1978), candidato del PSOE a la Presidencia de la Junta, se presenta ante los ciudadanos, que votarán el 26 de mayo, como una persona “normal” y utópica y promete seguir siendo el mismo que ahora disfruta corriendo por las mañanas con la sintonía de Rock FM. Como otros de su generación, pese a estudiar Derecho, ha trabajado repartiendo pizzas y se tuvo que marchar a Inglaterra, pero logró volver, no para ser abogado o secretario de ayuntamiento, algo que le atraía, sino para iniciar una etapa política que busca ahora llevar el cambio a su Comunidad. En una entrevista concedida a Ical, en una campaña electoral intensa, propone un proyecto socialdemócrata y un equipo “preparado”, al que está seguro de que no le faltará gente “no militante”, que les eche una mano.
¿Por qué ha elegido este lugar de Burgos y la fotografía que ilustra esta entrevista?
El norte de la provincia Burgos es la zona de los pueblos de mi madre y mi padre, Quintanilla Escalada y Gallejones de Zamanzas (Burgos), dos nombres muy fáciles de pronunciar. Es un lugar perfecto para desconectar y disfrutar.
Rozando los 41 -los cumple el 25 de mayo-, de no ser político, ¿a qué se dedicaría?
Hubiera sido, seguramente, abogado, quizá hubiera llegado a secretario de ayuntamiento, que me gustaba, pero es que he hecho de todo. Empecé repartiendo pizzas, trabajé en una fábrica -la Celofán en Inglaterra-, además me gusta aprender y no se me caen los anillos. Tuve suerte, me marché a Ingalterra a mejorar el idioma y pude volver y quedarme. Yo sé lo que es trabajar en una ETT -empresa de trabajo temporal-, lo que ha vivido cualquiera de mi generación en este país.
Después de dos décadas de vida política, ¿qué le llevó a dar el paso? ¿Qué queda y en qué ha cambiado aquel joven?
Yo no vengo de la política de forma estricta. Yo no tenía lazos con el PSOE, lo que me hizo comenzar a participar fue estar en el consejo escolar, en la Junta de Gobierno de la Universidad de Burgos, en el movimiento estudiantil. El partido que más se parecía a lo que yo defendía era el Partido Socialista. Siempre he dicho a los que llegaban a afiliarse que no olvidaran nunca de dónde llegaron y lo que pensaron el primer día que entraron por la puerta de la sede. Yo entré con ganas de comerme el mundo y de cambiar las cosas, así que siempre procuro seguir pensando lo que tenía en la cabeza el primer día.
¿Esas raíces en el movimiento estudiantil siguen presentes?
Sí, porque en esto también se parece al PSOE, en esa forma de trabajar en equipo, de liderazgos muy horizontales y poco verticales, de discutirlo todo y de movilización en la calle.
En estos 19 años en los que ha formado parte de la familia socialista, ¿qué le ha aportado su partido y la política?
Yo nunca jamás pensé que iba a tener si quiera un cargo, por pequeño que fuera, ni muchísimo menos ser candidato a la Presidencia de la Junta de Castilla y León. No, ni de lejos. Este partido tiene 140 años de historia y desde luego ninguno somos imprescindible.
Tras cuatro años en la oposición en Castilla y León, ¿qué ha aprendido en este tiempo?
Recorriendo Castilla y León se aprende mucho, que esta Comunidad es muy rica, muy heterogénea y enorme. Siempre recuerdo una fotografía que me hicieron, posiblemente la mejor, con una ganadera de Porto de Sanabria (Zamora). Te encuentras con gente que con más de 80 años sigue trabajando, peleando y que tiene una sabiduría que no se aprende en los despachos.
‘Ahora Castilla y León. Ahora Luis Tudanca’ es el lema de su campaña. ¿Por qué es el momento “ahora” de Luis Tudanca?
Ahora es más el momento de Castilla y León que el mío. Yo soy la parte menos importante porque Castilla y León ya merece un cambio. No les ofrecemos solo un candidato, sino todo el bagaje de un partido que ha estado siempre en Castilla y León intentando aportar lo mejor de sí mismo y siendo también muy responsables desde la oposición. Ahora es el momento de Castilla y León.
¿Corren el riesgo de que esa ola de cambio que empezó el 28 de abril no llegue a su orilla el 26 de mayo?
Será un riesgo en todo caso para la Comunidad. Ya sabemos a donde nos han llevado los gobiernos durante tres décadas del Partido Popular. Somos más pequeños, somos menos gente, los pueblos se cierran, los jóvenes se marchan, la corrupción nos mancha. Es urgente cambiar, no porque haya una alternancia, también porque hay una parte de inercia en el PP que no es buena. Cambiar por cambiar no tiene tampoco sentido, sino hay que cambiar para que haya un impulso, para que haya un gobierno progresista. Nosotros queremos ir mucho más lejos.
¿Qué le diría a un ciudadano que se encontrara hoy por la calle y a quien tuviera que convencer para que votara al PSOE?
Que estamos preparados y que estamos ilusionados y que llevamos mucho tiempo esperando este momento y que queremos además gobernar con ellos. No nos vamos a olvidar de ellos y no voy a cambiar. Seguiré encontrándomelo por la calle y seguiré hablando con él, pase lo que pase, para que también nos tire de las orejas y nos empuje.
Se define como burgalés de nacimiento y leonés consorte, ¿han faltado lazos de unión entre los territorios de la Comunidad?
Sí, pero no hablo en términos identitarios, hablo de ser capaces de fraguar un futuro común, un proyecto compartido. Se trata de que todo el mundo queramos ir juntos hacia el mismo sitio. Se han fomentado los enfrentamientos territoriales y los desequilibrios. Si no crecemos de forma armónica, si no crecemos todos, nos perjudicará a todos. Tenemos que ser capaces de cooperar y dejar de competir.
Dice que Castilla y León tiene que recuperar su voz en España, ¿en qué debates debe participar y cuál debe ser su posición?
Nunca se nos ha oído a nosotros, ni en materia de financiación autonómica, ni en el debate territorial o municipal, en las competencias o en el modelo de desarrollo del país para luchar contra esos desequilibrios. En todo eso, tendremos un gobierno fuerte, que tenga muy claro que su única obligación es defender a los castellanos y leoneses, porque hemos estado escondidos.
¿Y en el aspecto territorial?
El bloque de la designación -como senador- de (Miquel) Iceta pone de manifiesto quien está interesado en que el conflicto perviva. Por cierto, esto no lo he contado nunca, aquí también amenazaron al Partido Socialista con bloquear la elección de nuestro senador -Antidio Fagúndez-. Al final se parecen, viven del conflicto, nosotros vamos a ser capaces de coser este gran país.
Si Castilla y León es socialista el 26 de mayo y Pedro Sánchez es elegido presidente del Gobierno, ¿puede perder la Comunidad fuerza reivindicativa?
No nos ha ido nada bien con el PP gobernándolo todo. Seremos más reivindicativos desde el Gobierno. Lo primero, Castilla y León, y si tengo que elegir como presidente de la Junta voy a elegir siempre a los de aquí.
¿Cuáles serán sus principales demandas al Gobierno de Sánchez?
La reindustrialización, el retorno de nuestro talento, la ayuda para transformar nuestro modelo productivo, la transición justa para las cuencas mineras y para la zona de Garoña, así como la financiación autonómica y las infraestructuras. No es que se lo vaya a exigir, vamos a trabajar juntos para que haya una PAC que al menos mantenga el presupuesto actual para el campo.
Al hilo del primer debate electoral, ¿el medio rural de Castilla y León es un buen lugar para vivir?
Si, hombre, claro. No se lo quise explicar -al candidato del PP, Alfonso Fernández Mañueco- porque no solo no se había leído su programa electoral, sino que tampoco se había leído el de los socialistas. Si lo hubiera hecho sabría que era el programa electoral de hace cuatro años. Con que hubiera visto que yo en la foto no tenía barba, se hubiera dado cuenta, pero aún así no lo entiende. Mire, claro que en Castilla y León se vive mucho mejor, claro que sí, y en toda España. Son los 40 años mejores de la historia de nuestro país. Se vive de maravilla. Hay que hablar bien del medio rural, tenemos que cambiar esa concepción de que vivir en el medio rural es un fracaso.
¿Hay tiempo todavía para actuar?
Ni hemos prometido, ni vamos a prometer milagros. Ni hay varitas mágicas. La situación es muy grave, mucho, porque hace demasiado tiempo de que se deberían haber hecho ya muchas cosas, pero tampoco es una plaga bíblica, aunque va a costar.
¿Se siente discípulo de Pedro Sánchez como dicen sus adversarios? ¿Quien es su referente político?
Si tienen miedo de que entre en la Junta un proyecto político que sube el salario mínimo interprofesional, que retome la revaloración automática de las pensiones, que va a recuperar la dependencia, que va a hacer de la igualdad una prioridad, tienen razón, porque eso va a pasar. No me tengo que ir tan lejos para buscar a otros referentes, como Demetrio Madrid y tantos otros que ya les gustaría tener en el PP.
En términos ideológicos, ¿socialista o socialdemócrata? Y ante la vida, ¿idealista o pragmático?
Nosotros somos un partido socialdemócrata. Creemos en la justicia social, en la redistribución de la riqueza, en el progreso económico y que éste se reparta. Nos indigna la pobreza, porque queremos que haya buenos servicios públicos, que haya igualdad de oportunidades, que todo el mundo pueda estudiar. Una socialdemocracia clásica, en el mejor sentido de la palabra, y siempre utópico, siempre. Vamos a seguir caminando hacia la utopía porque es la única manera de construir una sociedad mejor.
Esa posición política, ¿marida bien con la política liberal o son como el agua y el aceite?
La política también es diálogo. Alfonso Guerra decía que el PSOE es el partido que mejor dialoga y acuerda con todos, porque es el que tiene más claro hasta donde puede llegar. Tenemos unas convicciones muy firmes. Son los ciudadanos los que deciden que haya partidos e instituciones muy fragmentados y que tengamos que hablar.
¿Y al PP de Castilla y León lo ve más de centro que a otros PP?
En todo caso lo fue. Me parece que es una de las derivas que han tenido. ¿Donde quedó aquel PP que presumía de ser más moderado, más europeo, aquella derecha de la que queda muy, muy poquito de ella, también en Castilla y León? Nunca pensé que el PP de Castilla y León iba a abrir las puertas a la ultraderecha de las instituciones. Jamás lo pensé. Con el PP de hace no demasiado tiempo eso no hubiera pasado.
Pedro Sánchez pretende formar un gobierno con independientes progresistas. ¿Cómo será su ejecutivo?
El PSOE es un partido de Gobierno y tenemos gente capaz. Hemos gobernado muchísimos ayuntamientos, las grandes capitales y también la Diputación de Soria. Tenemos gente preparada y hay tanta gente con ganas de cambio que yo estoy convencido de que mucha gente, no militante, también nos va a ayudar a que esta Comunidad salga adelante.
Si no es presidente de la Junta, ¿estará los cuatros próximos años en la oposición? ¿Y en el futuro?
No pienso en otra cosa que no sea hacer todo lo que está en mi mano para que el PSOE gobierne esta Comunidad. No me importa nada mi futuro. Sin duda algún día estaré fuera de la primera línea de la política, dejaré de tener un cargo y no pasará absolutamente nada. Ni soy, ni me creo, ni me he creído nunca, imprescindible, así que con la misma naturalidad que llegué y estoy, me iré.
Y en política, ¿de qué se siente más orgulloso?
De lo que me dice Demetrio (Madrid), de seguir siendo normal.
¿Qué libro y película recomendaría?
(Piensa durante unos segundos) ‘El viajero del siglo’ -novela de Andrés Neuman- y ‘El golpe’.
¿En qué lugar de Castilla y León se perdería?
En el pueblo de mi madre y el de mi padre, Quintanilla Escalada y Gallejones de Zamanzas (Burgos).
¿Qué opinión tiene de sus adversarios políticos: Alfonso Fernández Mañueco, Pablo Fernández y Francisco Igea?
Yo les tengo mucho respeto. La política es una noble actividad. Nunca hago de esto algo personal.