Padrones gana la batalla del mojón

S.F.L. / Padrones de Bureba
-

La Junta pone fin al conflicto territorial entre esta localidad y Poza de la Sal, después de años de discrepancias. El Instituto Geográfico Nacional ha realizado el estudio decisivo

El Ayuntamiento de Padrones requirió el servicio del Instituto Geográfico Nacional para conocer los límites de su territorio. - Foto: DB

La ubicación concreta de los mojones que delimitan el territorio entre Padrones de Bureba y Poza de la Sal ha levantado discrepancias entre el vecindario. No ha sido necesaria la intervención de los tribunales puesto que en ningún caso la instalación de estos hitos ha servido de fuente de ingresos a ninguna de las dos localidades, pero sí una inversión alta para acabar por resolver un expediente que se inicio hace dos años. 

Si bien, los desacuerdos existentes por el límite territorial debido a que seis de los doces mojones colocados no concuerdan con el acta levantada en 1911 y el cuaderno de campo vienen de más atrás. Durante las rutas que el alcalde de Padrones, Miguel Ángel García, realizó en busca de los mejores caminos para las pruebas de ciclismo BTT se percató de que «las tablillas estaban mal colocadas en algunos puntos», aclara el regidor. Ante esa situación prestó más atención y  comprobó que Padrones salía «claramente perjudicad en toda la línea de término». A partir de ahí, el Ayuntamiento emprendió las acciones que consideró oportunas para «recuperar el territorio usurpado», añade.

Cada consistorio formó su propia comisión para tratar de buscar soluciones a las disconformidades que pudieran surgir y contrató los servicios de dos ingenieros agrónomos. Tras los estudios de campo ejecutados por los profesionales se reunieron en varias ocasiones, una en Poza y otra en el propio territorio, pero «no alcanzaron un acuerdo», según declara García. Fue entonces cuando, mediante un escrito fechado a 1 de febrero de 2022, Padrones trasladó la intención de iniciar un expediente con el fin de resolver las discrepancias surgidas  sobre el trazado de la línea límite entre ambos municipios -mojones 1 al 12- de la línea de deslinde de sus términos municipales. 

El 7 de septiembre del pasado año se celebró una reunión a la que asistieron representantes de los dos ayuntamientos, de la Dirección General de Administración Local de la Junta y los ingenieros designados por el Instituto Geográfico Nacional (ING). También acudieron los alcaldes de Aguas Cándidas y de Los Altos, afectados de los mojones de tres términos. En dicho encuentro se «acordó la posición con coordenadas de los hitos de la línea de Padrones con Poza y se fijó el ámbito de expediente entre los mojones M1 y M12, quedando excluidos estos dos», aclaran desde la Consejería de Presidencia de la administración regional. 

Se trasladaron al territorio tres ingenieros que durante una semana realizaron los estudios necesarios para resolver el expediente. Durante la tramitación del mismo no se alcanzó un acuerdo entre ambas partes y después del encuentro de 2023, el consistorio pozano «aportó un nuevo informe en el que se hizo una propuesta para los mojones M6, M7 y M8 basándose en el acta de 1911, en los indicios obtenidos en el campo y en fotografías aéreas antiguas», detallan desde la Junta. El de Padrones se mostró conforme con la línea expuesta y propuesta por el ING, la autoridad geográfica y catastral del país. En el informe que ejecutó, esta aclaró que la línea jurisdiccional entre las localidades la constituían las coordenadas de los mojones comprendidos en el ámbito analizado. 

resolución. Transcurrido el plazo para presentar alegaciones y tras  analizar la documentación, la Consejería de Presidencia de la Junta ha resuelto la cuestión suscitada y fija las posiciones de los mojones al considerar «válida y vigente la línea límite establecida en el acta de 1911». El interés mostrado por el alcalde de Padrones para delimitar el territorio le ha supuesto al municipio un gasto de «unos 15.000 euros, entre el pago del primer estudio, el definitivo y el servicio del primer ingeniero», expone García.