La comunidad de Carmelitas Descalzos que vive en el complejo que preside la emblemática iglesia del Carmen (en la esquina de la calle del mismo nombre con Empecinado) no se enteró de nada hasta que todo había sucedido. Sus miembros no oyeron ni un solo ruido pese a que el intruso -o los intrusos- que se colaron en sus dependencias rompieron un par de puertas con cristales para acceder al salón de actos, el lugar donde rebuscaron para hallar objetos de valor, aunque no lo consiguieron. Se llevaron un crucifijo sin valor artístico, un estandarte de una de las cofradías que guarda allí su material, un micrófono y un trípode de una cámara de grabación.
Los hechos ocurrieron ayer por la mañana, a eso de las 8 horas. Fue un vecino de la zona el que alertó a una dotación de la Policía Local que patrullaba de que alguien se había colado en la iglesia y había conseguido huir, si bien en su carrera había dejado atrás buena parte del botín, la cruz, el estandarte y el micrófono.
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