Carlos Barbero se retira. El burgalés de 31 años ha anunciado este viernes su adiós al ciclismo profesional. "Tan solo dejaré de ser profesional, porque ciclista seré siempre", ha expresado en una carta publicada en sus redes sociales.
Tras finalizar su contrato con el Lotto Soudal, Carlos Barbero se quedó sin equipo para la presente temporada y aunque entrenó para estar preparado si recibía una llamada, finalmente hoy ha puesto punto y final a su carrera profesional en el ciclismo. "Todo en la vida tiene su propia pancarta de meta, yo he llegado a la mía en cuanto a ciclismo profesional se refiere", explica.
El corredor burgalés ya avanzó en diciembre a Diario de Burgos que no iba a esperar tanto como el año pasado, que «fue muy duro psicológicamente». «Ahora cruzo esta línea de meta, pero ya veo el siguiente control de firmas», comenta Barbero, que ha recordado a «todos los que sufrieron conmigo en las caídas y disfrutaron con las victorias», especialmente a su familia.
Carlos Barbero (Burgos, 1991) empezó su carrera profesional en el Orbea Continental y tras dos años en el Euskadi, corrió otros dos para el Caja Rural antes de dar el salto al Movistar Team (2017-2019), pasó por NTT Pro Cycling y Qhubeka (mismo equipo, distinto patrocinador) antes de dar sus últimas pedaladas en el Lotto Soudal.
El burgalés corrió dos veces la Vuelta a España (2015 y 2020) y el Tour de Francia en el 2021 y se apuntó 18 victorias, entre otras, tres en la Vuelta a Burgos, todas con llegada a Clunia, en 2015, 2017 y 2018.
A continuación, su despedida completa:
Todo en la vida tiene su propia pancarta de meta, yo he llegado a la mía en cuanto a ciclismo profesional se refiere. Como todas las carreras ha tenido duros puertos en los que sufrir y emocionantes bajadas que disfrutar, pero si me dicen con 20 años, cuando empecé esta etapa, que iba a ser así, hubiese pasado por el control de firmas una y mil veces.
El recorrido ha sido cientos de miles de kilómetros variados por decenas de países, compartiendo equipo con numerosas nacionalidades y una experiencia de vida que me llevaré en un bolso del maillot. En el otro bolsillo están los valores que me han dado estos años, sacrificio, constancia y compromiso, entre otros.
No me quiero olvidar de todos los que sufrieron conmigo en las caídas y disfrutaron con las victorias. Gracias. En especial a mi familia.
Ahora cruzo esta línea de meta, pero ya veo el siguiente control de firmas. Tan solo dejaré de ser profesional, porque ciclista seré siempre.
Vivan las bicis.