El Hospital Universitario (HUBU) ha activado todos los protocolos de prevención tras la detección de un caso de legionela que en estos momentos está en estudio, según informan desde la Delegación de la Junta de Castilla y León en Burgos. El portador es un paciente del complejo asistencial, pero por el momento se desconoce «si ha ingresado con la bacteria o si la ha adquirido en el hospital».
El descubrimiento tuvo lugar la semana pasada y fue puesto en conocimiento de la autoridad sanitaria -la Junta-, que ha recogido las muestras pertinentes «para su análisis y estudio». Tras una reunión entre dicha autoridad sanitaria, la dirección del HUBU y el titular de la instalación (la empresa Eficanza), fueron fijadas las medidas preventivas que recoge la normativa. Todas ellas han sido comunicadas a usuarios y trabajadores.
Desde la Delegación de la Junta aseguran que «la actividad en el HUBU se mantiene como estaba prevista y no ha afectado en absoluto a la actividad del centro». «Tanto consultas, como pruebas y quirófanos están funcionando con total normalidad», zanjan las mismas fuentes.
Entre las medidas preventivas figuran las labores de mantenimiento para, en este caso, limpiar el sistema de la conducción de agua, una práctica que se lleva a cabo dos veces al año. El saneamientos se realiza tanto sobre la estructura horizontal como vertical.
La legionela puede aparecer en los aparatos que utilizan agua para su funcionamiento: refrigeradores, condensadores, duchas, canalización y distribución o depósitos, donde si se dan las condiciones de calor oportunas la bacteria se puede reproducir. A más de 60 grados se produce su erradicación.
Cuando este patógeno está presente en forma de aerosoles (pequeñas gotitas de agua que se generan a partir de las instalaciones anteriormente mencionadas) y penetra en las vías respiratorias, puede provocar legionelosis, también llamada, ya sea de forma esporádica o en brotes epidemiológicos, especialmente en determinadas épocas del año. No se transmite de persona a persona. La legionelosis suele presentar dos formas clínicas: la llamada 'Fiebre de Pontiac', no neumónica, que cursa de forma leve; y la más conocida, una neumonía de fiebre alta que, en ocasiones, puede llegar a ser mortal dependiendo de determinadas circunstancias de riesgo previo en el paciente.