La casa rural-bar-restaurante de Lences cerró sus puertas a finales del pasado mes, cuando la persona encargada de su gestión cambió de residencia. Al tratarse de un negocio municipal el Ayuntamiento ha hecho público el interés de volver a alquilarlo, en esta ocasión por 250 euros al mes y un plazo de duración del contrato de un año como mínimo con posibilidad de prorrogarse hasta un máximo de cinco. El alcalde de la entidad menor, Serafín Díez, explica que en la adjudicación se dará «prioridad a familias necesitadas» y añade que el negocio es una buena oportunidad por su bajo coste, porque está totalmente equipado y además los arrendatarios pueden residir en el mismo inmueble. 

La edificación cuenta con tres plantas. La primera alberga bar, comedor, cocina y dos baños; la segunda, cinco dormitorios y dos baños; y la tercera, cuatro habitaciones con aseo individual. El adjudicatario deberá hacerse cargo de los recibos de la luz, el agua, la recogida de basuras, el IBI y el teléfono así como de la limpieza del inmueble, de su vigilancia y de las reparaciones ordinarias y no está permitida la estancia de animales en ninguna de las dependencias de la casa. Además, la persona que regente el local aportará una fianza de 3.000 euros. Aquellos interesados en presentar sus solicitudes a la subasta deberán hacerlo en la sede de la junta vecinal los lunes en horario de 17 a 19 horas y para ello tendrán de plazo 15 días hábiles.

La vivienda, que se rehabilitó hace poco más de una década, se ubica en el centro del pueblo próxima a la zona de ocio construida en torno al río Homino, que cuenta con columpios, mesas y bancos para picnic y un área deportiva, además de un punto para bañarse. A escasos kilómetros de la pedanía se sitúan Poza de la Sal y Castil de Lences, donde también se pretende abrir un negocio similar a lo largo de este año aprovechando el tirón turístico.