La Consejería de Sanidad estudia si mantiene el denominado 'plan de choque' contra las listas de espera en los hospitales; es decir, si vuelve a presupuestar fondos para peonadas o, en la jerga técnica, para autoconcertación en 2024. Este procedimiento se reactivó en Sacyl a mediados de 2022 -tras diez años sin aplicarse- con el objetivo de reducir las abultadas listas de espera para entrar en quirófano que se generaron con la pandemia. Fuentes oficiales indicaron que en la Atención Primaria, en cambio, ya es seguro que este mecanismo extraordinario se mantendrá a partir del 1 de enero para evitar demoras superiores a tres días. Otro tema es durante cuánto tiempo.
En ámbito sanitario se denomina peonada a un número de horas de trabajo que los profesionales (sanitarios y no sanitarios) asumen de forma voluntaria una vez que su jornada ordinaria ha terminado para atender a una cifra concreta de pacientes y por las que cobran una cantidad específica en concepto de productividad. En la Atención Primaria, Sacyl acordó con los sindicatos pagar 80, 214 y 322 euros a cada uno de los auxiliares, enfermeros y especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria o Pediatría, respectivamente, que, siempre por voluntad propia, dediquen cuatro horas al finalizar su jornada de trabajo a atender a otros 25 pacientes (20 en el caso de los pediatras). La realización de peonadas es siempre algo voluntario, pero no todo el mundo puede apuntarse; hay que cumplir unos requisitos de presión asistencial que, en el caso de los médicos de familia, consisten en probar que en jornada ordinaria dan 35 o más citas (la mayoría presenciales) y en los pediatras, 28.
En el caso de Burgos, los únicos datos oficiales disponibles indican que ha habido mucha más respuesta de los médicos de familia a las peonadas que en otros sitios, dado que solo entre primeros de abril y finales de julio se pasaron 11.749 consultas en jornada extraordinaria en los once centros de salud de la capital. Una cifra que multiplica por diez la registrada en el mismo período en los 20 centros de salud urbanos de Valladolid (911), pero también es superior a la registrada en la capital leonesa (10.239) o en la salmantina, que es la más parecida a la burgalesa por población y número de centros de salud (también once y 2.944 citas en jornada extraordinaria).
La Consejería de Sanidad facilitó esta información en el boletín de las Cortes, en respuesta a una pregunta específica sobre el tema, pero no la divulga en el Portal de Transparencia. Ni en lo relativo a la asistencia ambulatoria ni en la hospitalaria. Así, tampoco hay cifras concretas ni actualizadas acerca del presupuesto destinado a este concepto ni sobre su eficacia (ver despiece adjunto).
La utilidad de esta medida es especialmente difícil de valorar en Primaria, donde Sacyl sí tiene intención de mantenerla, ya que, según ha constatado este periódico, los pacientes siguen soportando demoras que exceden con mucho los tres días que Sacyl considera «demora razonable». Como ya publicó Diario de Burgos en su edición del jueves, hay médicos que el 19 de diciembre ya no daban cita hasta el 2 y el 3 de enero;es decir, 14 y 15 días después, con Navidad y Año Nuevo de por medio.
En los hospitales tampoco es sencillo valorar hasta qué punto la autoconcertación, que se aplica desde hace año y medio sin apenas interrupción, ha sido eficaz. Pero la gerente del HUBU, Ana Lucía Fernández Eroles, afirmó en octubre en este periódico que, así como en la lista quirúrgica habían facilitado una reducción de las demoras (un 25% menos de operaciones pendientes y una caída de 51 días en el tiempo medio de espera para entrar en quirófano), en las consultas «no han dado el resultado que pretendíamos». De hecho, hay 3.185 primeras visitas más pendientes que hace un año (42.904). En este caso, Sacyl acordó diferentes retribuciones en función de si la peonada es para quirófano (entre los 450 euros que cobra al especialista y los 90 del celador) o para consulta (entre 322 euros para los facultativos y 60 euros para los celadores). Pero en sendos casos han de asumir cuatro horas de trabajo.
La diferencia con respecto a la fórmula aprobada para Primaria es que el número de intervenciones o de pacientes que deben ser atendidos en ese tiempo de trabajo extraordinario se negocia con la dirección del hospital y puede cambiar a lo largo del tiempo.