Está siendo un no parar. Con esta frase resume uno de los comerciantes del Mercado Norte provisional lo que han sido las dos primeras semanas de actividad tras el cambio de ubicación. El nuevo recinto no solo ha logrado retener a los clientes de toda la vida sino que también han vuelto los que dejaron de ir al anterior por los problemas de accesibilidad. Y lo que es mejor, están logrando ganar nuevos compradores, lo que a su vez ha redundado en un aumento de las ventas y en la contratación de más personal para sacar adelante el trabajo.
El hecho de que todos los puestos estén a pie de calle está favoreciendo las compras, así como también que sean unas instalaciones luminosas y en las que hay una homogeneidad en la cartelería. «Es un mercado que invita a entrar, que tiene su encanto y hemos notado que viene mucha gente nueva. Hemos tenido una acogida maravillosa hasta el punto que hay compañeros que han tenido que contratar más personal», aseguró David Herrero, presidente de la Asociación de Concesionarios de Mercados Municipales.
Y es que realmente hay un ambiente de mercado de abastos con bullicio por todas las esquinas algo que no sucedía en las viejas instalaciones. «Parece mentira lo que se ha conseguido solo con cruzar la calle. Había gente que no sabía que existía el mercado», señaló Juan Manuel Melchor, de floristería Lucy, quien asegura que ahora el reto está en ganar clientela joven. «El objetivo es que los jóvenes se acostumbren a comprar en un mercado».
Los clientes también están encantados con las nuevas instalaciones, dado que en pocos metros se pueden comprar todo tipo de productos o tomarse un café. «No parece un mercado provisional. Luego no nos vamos a querer ir al nuevo», subrayó Alejandra Romero, de Tierra a Granel.
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