Otro falso obispo se instala en el convento de Belorado

P.C.P. / Burgos
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Las exmonjas impiden a la cuidadora entrar. El Arzobispado insta a la Fiscalía a que adopte medidas para proteger a las 5 religiosas ancianas que quedan con las 7 excomulgadas -se ha ido otra- y el séquito del brasileño Rodrigo Henrique Ribeiro

Las 7 excomulgadas que quedan en el convento, con el séquito del falso obispo Rodrigo Henrique Ribeiro da Silva.

Las exmonjas de Belorado colgaban un vídeo ayer en sus redes sociales en el que  presumían de haber llenado dos furgonetas con un montón de cosas que tenían «por casa» para los damnificados por la DANA de Valencia. Mientras publican su honda preocupación por el cuidado de estas víctimas, descuidan el de sus propias compañeras de convento, ya que según el Arzobispado prohibieron ayer el acceso a la persona contratada para atender a las 5 religiosas ancianas en sustitución de la que hasta ahora se encargaba de estos cometidos, que se encuentra de baja laboral. El  comisario pontificio, Mario Iceta, instó a la Fiscalía el 19 de septiembre medidas de protección para ellas y «confía en una pronta resolución» del proceso, pese a que asegura no saber en qué estado se halla.

Mientras, otro falso obispo parece haber sustituido a Pablo de Rojas. El experto en sectas Luis Santamaría ha difundido unas imágenes en las que se ve a 7 de las protagonistas del cisma a un lado de las rejas del convento y al otro, al brasileño Rodrigo Henrique Ribeiro da Silva, declarado sedevacantista como ellas (no creen que haya papa legítimo desde Pío XII), presidiendo un séquito de varias personas más de diferentes edades y hasta un gato. Dos de ellos también visten ropas eclesiásticas y, según el comunicado difundido por la Diócesis de Burgos, «carecen de título legal y autorización para permanecer en sus dependencias», de las que ya tienen constancia que se han marchado 2 de las mujeres que iniciaron el cisma el 13 de mayo.

Según la comisión gestora, «desde el momento en el cual se declaró la excomunión y consecuente expulsión de la vida religiosa, no procede su encuadre, ni tampoco su tributación, como autónomas acogidas al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), debiendo regularizar cada una de ellas personalmente su situación ante la Seguridad Social. En este sentido, no vincula ninguna obligación tributaria al Comisario Pontificio con las personas que, de modo ilegal, residen en los monasterios de su competencia. Aun así, se sigue pagando la Seguridad Social de siete exreligiosas, que ascendió el pasado mes de octubre a 1.895,71 euros», detalla.

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