Félix Escribano

Luces Largas

Félix Escribano


Dos exposiciones

03/02/2025

Si todavía no lo han hecho, les sugiero que pasen por la Casa del Cordón y por la Plaza de España a visitar dos sugerentes exposiciones, diferentes pero muy interesantes cada una a su manera.

En Cultural Cordón de Fundación Caja de Burgos se conmemora el 75 aniversario de la popular fábrica de La Cellophane Española, que fue protagonista durante décadas del impulso industrial de nuestra ciudad (que, por cierto, últimamente se está poniendo de relieve de modo muy acertado).  El comisariado de Gonzalo Andrés es un valor seguro, y se nota en el despliegue y en el discurso para contar el interesante proceso industrial y la importancia que tuvo para Burgos. Más tarde la veterana empresa de capital belga se reinventó y se trasladó al polígono de Villalonquéjar, donde ahora desarrolla su actividad como Constantia Flexibles, y es líder nacional en embalajes sanitarios y alimenticios.  La icónica chimenea de La Cellophane que todos recordamos contribuyó a su manera a generar un potente hito urbano, que fue objeto de la mirada de muchos artistas, lo que se puede comprobar en la exposición de pintura de la planta inferior, que también merece la pena visitar. Ver ahora las imágenes de la desaparecida factoría produce cierta nostalgia y pone en evidencia el escaso interés que la ciudad ha puesto en la conservación de su patrimonio industrial, que solo en el ámbito ferroviario ha tenido éxito con la recuperación de la Antigua Estación y el Hangar.

En la sala Torrecilla de Fundación Círculo se puede visitar otra exposición radicalmente diferente y excepcional: 'Los Machado, retrato de familia'. Aquí la Institución Fernán González, con un gran trabajo, ha echado el resto y, junto con la Real Academia Sevillana de Buenas Letras (¡qué nombre más bonito!), nos presentan por primera vez juntos los dos fondos machadianos. El excelente montaje expositivo consigue meterte en el ambiente de cada etapa de la vida de los hermanos, hasta llegar a la triste muerte de Antonio en su breve destierro. La gran cantidad de material original (fotografías, libros, cartas…) aporta un interés tangible que va más allá de las exposiciones virtuales. Y en un recorrido más pausado te permite también disfrutar de una sutil selección de sus textos, que leídos en paralelo cobran un especial significado. 

Interesante y muy curioso es el proceso por el que el legado de Manuel, que tuvo que pasar en Burgos todo el periodo de la guerra civil, termina siendo ahora custodiado por la institución burgalesa. Enhorabuena a René Payo y a los demás compañeros académicos que han trabajado para que se valore adecuadamente este importante legado. Que lo disfruten.