Detrás de la organización de una vuelta ciclista hay mucho más de lo que se ve en la tele. Son decenas de voluntarios que ayudan a la organización. Es el caso de José Andrés Ruiz de Benito y Álvaro Ruiz Olave, padre e hijo, que acumulan entre los dos 60 vueltas a Burgos.
José Andrés Ruiz de Benito tiene 68 años y acumula 42 vueltas, 39 masculinas y tres femeninas. Comenzó en 1985 conduciendo para Antena 3 Radio y ya al año siguiente entró como conductor dentro de la organización. Ha llevado a todo tipo de pasajeros, jueces, locutores o servicios generales, y este año se encarga de trasladar al locutor oficial de la Vuelta, Juan Mari Guajardo. «Seguiré hasta que me dejen mi mujer y mi hijo», asegura sonriendo.
Su hijo, Álvaro, mamó desde muy pequeño el ciclismo. Su padre se lo llevó a alguna etapa y ahí le entró el gusanillo. Desde entonces ha hecho de todo. Se inició en la caravana publicitaria repartiendo publicidad cuando solo tenía 15 años y ya con el carnet de conducir siguió la estela de su padre. Normalmente lleva a jueces de carrera, este año concretamente al juez adjunto, un árbitro internacional. Tiene 38 años, acumula 18 vueltas a Burgos y se ha perdido alguna por motivos laborales.
«Mantengo la misma ilusión que el primer día. Es una cosa que te engancha y mientras pueda seguiré», explica Álvaro, que el sábado vivió un día especial, ya que la vuelta llegó a Neila, el pueblo de su madre y donde su tío, Marino Olave, es el alcalde y entregó uno de los premios al ganador de la carrera.
Padre e hijo acumulan cientos de horas al volante, muchas anécdotas y experiencias, y algún que otro susto. Eso le pasó a José Andrés en una etapa. «Antes del Cargadero, íbamos detrás de los escapados. Un corredor echó un bidón y se cruzó un crío y por centímetros no me lo llevé por delante».
Álvaro, sin embargo, mantiene en su memoria los años cuando iba con su padre: «Recuerdo una vez que fuimos acompañando a Indurain; y otra con Lance Armstrong en Salas. De pequeño las cosas te marcan más».
Álvaro tiene claro cuál es el secreto al volante: «Dentro de la carrera es complicado, hay situaciones peligrosas, como las bajadas de los puertos cuando llueve. Es necesario ir muy concentrado, con mil ojos porque siempre pueden surgir incidentes, sorpresas».