El elefante es un animal que encarna humildad, sabiduría, protección y amor, y a Félix Bárcena no le ha hecho falta viajar al otro lado del mundo para darse cuenta de ello. Confiesa que se ha sentido conquistado por alguno en la vida real pero nunca en su hábitat natural. Aún así, el desarrollo artístico realizado en profundidad permite que la obra de este vecino de Cantabrana muestre al mamífero terrestre más grande rozando incluso la abstracción.
A sus 81 años reconoce que la vena artística brotó con la llegada de la jubilación, y aunque la pintura y escultura le apasionaban desde joven no cogió las herramientas que ahora forman parte de la rutina de su día a día hasta hace apenas dos décadas. Cuadros, grabados, bocetos, litografía… nada se le resiste porque la perseverancia que derrocha se lo impide. Entre sus colecciones destaca la dedicada al paquidermo y las más de 80 composiciones que descansan en la sala de exposiciones de la sede de la Asociación Artística de Guipúzcoa, en San Sebastián. Ahora buscan un nuevo hogar. A mediados de septiembre se despedirán de un espacio que reúne en torno a ciertas disciplinas a todas aquellas personas que sienten una inquietud por la creación, el arte y sus formas de expresión, sin más requisito previo que la voluntad de aprender y compartir.
Pero Bárcena se niega a que sus animales acaben en cajas de cartón y fantasea con encontrar el espacio aparente para que su esencia perdure eternamente. La vecina Oña o el Valle que le vio nacer y crecer son sus localizaciones ideales, aunque asegura estar dispuesto a que exploren algún local de Briviesca o la capital de provincia con el fin de mostrar el proceso creativo de las esculturas, que incluye fases de bocetos de diseño y ejecución en modalidades técnicas como grabado, serigrafía y principalmente cerámica de arcilla refractaria.
Pero, ¿por qué eligió como modelo para protagonizar su obra Elefantes a este ser?, le preguntan una y otra vez. «Suena sorprendente pero no tengo respuesta», manifiesta. Simplemente le encandilaron sus formas rectas y sus características de firmeza, destreza, equilibrio, armonía y notoriedad. En el año 2010 comenzó una reflexión que perduró durante cuatro años en el tiempo y logró desarrollar representaciones con superposiciones o incluso con una sola línea. Las hay de varios tamaños -ninguno de ellos sobrepasa los 40x40 centímetros de dimensión- formas y colores, pero predominan sobre el resto los tonos claros y grises. Con ellas, el autor trata de mostrar la abstracción plástica obtenida tras una consiguiente y extraordinaria evolución. El conjunto incluye la escultura premiada en el Concurso de Creación Artística Plus 55 del 2021 (San Sebastián).
Bárcena reside en el País Vasco desde hace más de cuarenta años pero nunca se ha desprendido de sus raíces y acude siempre que las circunstancias se lo permiten a la casa de la plaza del pueblo. Dispuesto a donar su obra al completo, su único propósito se basa en refugiar a la manada en la Bureba. Hasta entonces, continuará alimentando su imaginación con Caderechas como telón de fondo.