Los viajes de agua potable a los pueblos caen a la mitad

R.E.M. / Burgos
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La Diputación ha enviado 840.000 litros en lo que va de 2024, de los que hasta 525.000 han ido a parar al Valle de Tobalina. Lo peor suele llegar en agosto al dispararse la población y agotarse los depósitos

En julio de 2023 se repartieron hasta 900.000 litros de agua potable por los 390.000 litros del mismo mes de 2024. - Foto: Alberto Rodrigo

El año pasado la sequía azotó con fuerza a la provincia burgalesa y eso generó que a muchos pueblos no les quedará más remedio que pedir 'socorro' durante los meses de verano ante unos depósitos de agua que se agotaron mucho antes que de costumbre. Pero la historia parece que ha cambiado mucho este verano y por ahora no se han requerido tantos camiones cisternas de la Diputación. De hecho, se han realizado la mitad de viajes hasta ahora si se compara con lo ocurrido en 2023. Eso sí, habrá que ver lo que ocurre en agosto, cuando el medio rural aglutina la mayor cantidad de personas y se hace un mayor uso de este bien básico.

Si se tiene en cuenta lo que va de año, por ahora se han enviado por parte de la Diputación de Burgos un total de 840.000 litros. Una cifra que supone prácticamente la mitad de lo que se tuvo que entregar en 2023 en ese mismo periodo, cuando se llegaron a alcanzar los 1,5 millones de litros. Además, 39 de los 58 viajes realizados esta vez han ido a parar al Valle de Tobalina, lo que se traduce en 525.000 litros.

Solo en julio del pasado año se enviaron a los municipios burgaleses hasta 900.000 litros de agua, mientras que en esta ocasión han resultado necesarios únicamente 390.000 litros. Además, tampoco ha habido una infinidad de localidades afectadas y las solicitudes se han localizado fundamentalmente en Merindades y La Bureba, zonas que siempre suelen repetir presencia en este listado. Concretamente, en el Valle de Tobalina se ha concentrado la mayor demanda y hasta allí se han enviado 16 camiones cisternas en julio, lo que supone 240.000 litros. El resto ha viajado a Pangusión (15.000 litros), Cuesta Urria (30.000), Quintanilla San García (75.000) y Reinoso (30.000).

Mientras en los primeros meses de año los problemas de abastecimiento se deben básicamente a averías o diversos contratiempos que pueden ocurrir en el día a día, con la llegada del verano la falta de agua suele producirse como consecuencia de que los depósitos se vacían por la sequía y la mayor demanda. Desde enero hasta junio han sido necesarios una treintena de camiones cisterna en toda la provincia. La situación más preocupante se produce en Valle de Tobalina, donde se concentraron hasta 23 viajes y evidencia que el problema no se concentra únicamente en los meses de más calor.

En San Martín de Rubiales y Mambrilla de Castrejón resultó necesario el abastecimiento con cisterna nodriza durante 25 días en enero. Además, han necesitado ayuda a través de este camión los municipios de Tagarrosa (una vez en enero), Castrojeriz (una vez en mayo y otra en junio) y Tornadijo (una vez en mayo). El pasado año, Ramiro Ibáñez, vicepresidente de la Diputación ya explicaba que el trabajo que se había realizado durante los últimos tiempos para mejorar redes de abastecimiento estaba dando sus frutos y que cada vez había menos problemas. Además, la institución provincial ha sacado este año una convocatoria específica para solucionar los problemas relacionados con el agua y que así los pueblos no tengan dificultades para tener un servicio básico.

La población en los pueblos se disparará durante estos días de agosto y por ello en puntos como Castrojeriz, Barbadillo del Pez o el Valle de Mena ya han pedido que se haga un consumo responsable para evitar problemas de escasez.