El posible acuerdo con Mercosur es uno de los asuntos que más en jaque tiene a un sector primario europeo que no anda precisamente escaso de problemas. Las implicaciones que puede tener la firma de este pacto tiene inquietos a agricultores y ganaderos por la posible competencia desleal de un grupo de países que difícilmente va a poder mantener los estándares productivos de la Unión Europea (UE), pero cuyos productos van a poder entrar en el mercado comunitario a pesar de ello. El sector primario teme que, una vez más, la agricultura y la ganadería sean las sacrificadas en un acuerdo comercial para beneficiar a otros sectores productivos.
A ese respecto, el comisario de Comercio recién designado por Ursula von der Leyen para su nueva Comisión Europea, el eslovaco Maros Sefcovic, ha defendido en su examen ante la Eurocámara la necesidad de cerrar el acuerdo con Mercosur, un pacto del que ha dicho que «nunca sacrificará» los intereses de la agricultura europea y cuyos beneficios para la UE está dispuesto a defender «con 'PowerPoint', calculadora y datos» si las negociaciones superan el nivel técnico y llegan a la última fase política.
«Nunca sacrificaré la agricultura europea ni a los productores europeos por ningún acuerdo comercial. El acuerdo que se ponga sobre la mesa será un acuerdo que vea como el mejor resultado posible para esta negociación», ha argumentado Sefcovic en respuesta a una de las numerosas preguntas sobre las controvertidas negociaciones con Mercosur que han hecho los eurodiputados durante varias horas de debate para evaluar su capacidad para el puesto.
Tensión por el acuerdo con MercosurEl político eslovaco ha asegurado que Bruselas está siendo «supervigilante» para garantizar un resultado «positivo» en un pacto comercial que está necesitando unas negociaciones «extremadamente largas», si bien también ha concedido que los avances no permiten aún retomar los contactos a nivel político. «Nunca presentaré un acuerdo que vaya en detrimento de los intereses de la Unión Europea», se ha comprometido Sefcovic antes de prometer «la máxima transparencia».
El político socialdemócrata también ha querido alertar a los eurodiputados más críticos con los acuerdos comerciales que la Unión Europea fue durante «décadas» el socio comercial «número uno» para Latinoamérica, pero que ahora China ocupa ese lugar y cree necesario que el bloque comunitario vuelva a estar «más presente, ser más atractivo políticamente y ser mejor socio» con la región para asegurarse una relación «equilibrada».
Rechazo.
A pesar de las palabras del comisario Sefcovic, el COPA-COGECA (que representa a agricultores, ganaderos y cooperativas), el CEJA (Consejo Europeo de Jóvenes Agricultores), la EFFAT (Federación Europea de Sindicatos de los sectores de la Alimentación, la Agricultura, el Turismo y las ramas afines) y el GEOPA (patronal agraria) se oponen firmemente a la ratificación del acuerdo con Mercosur. Según estas organizaciones, este pacto expondría al sector agroalimentario de la Unión Europea a una competencia desleal con consecuencias negativas para los medios de vida, los salarios, las condiciones de trabajo y el empleo de los agricultores y los ganaderos comunitarios. Además, el actual borrador no contribuye a elevar los estándares sociales y medioambientales en los países del Mercosur, tal y como sería de desear, y aumenta el riesgo de ruptura de las cadenas de valor regionales en esos países, añaden.
Los trabajadores agrarios y los agricultores no pueden aceptar que, tal y como ha ocurrido en otras ocasiones, el sector agroalimentario europeo sea tratado como moneda de cambio para promover la exportación de otras mercancías, sin tener en cuenta las graves repercusiones económicas, sociales y medioambientales que tales decisiones tienen en el sector primario, argumentan. Aunque la UE se ha comprometido a alcanzar objetivos medioambientales ambiciosos, el acuerdo con Mercosur, incluso con el protocolo adicional, no incluirá salvaguardias sólidas, vinculantes y aplicables para garantizar la protección del medio ambiente y el respeto de los derechos humanos y laborales en los países americanos miembros de la organización. Esta falta de coherencia pone en peligro el objetivo general de la Unión de fomentar una transición hacia sistemas alimentarios más sostenibles, expresan las organizaciones.
La región del Mercosur ya ocupa una posición preeminente entre los proveedores del mercado de la UE en muchos productos básicos y una mayor apertura del mercado comunitario expondría a nuestro sector agroalimentario a una competencia desleal adicional, denuncian.
El COPA-COGECA, el CEJA, la EFFAT y el GEOPA consideran que la importancia estratégica de la agricultura y la alimentación debería reconocerse siempre en las negociaciones comerciales, ya que la sostenibilidad económica, social y medioambiental de estos sectores es frágil y se ve fácilmente alterada. Además, la exigencia de respetar las normas medioambientales y sociales más estrictas, incluidos los ocho convenios fundamentales de la Organización Internacional del Trabajo, debería ser un elemento esencial y vinculante de cualquier acuerdo comercial. Estas condiciones no se respetaron en las negociaciones del Mercosur, lamentan.
Hansen, confirmado.
Este martes se ha dado a conocer la aprobación de Christophe Hansen como nuevo comisario de Agricultura y Alimentación de la Comisión Europea. En su declaración introductoria, Hansen ha afirmado que «nueve millones de explotaciones agrícolas suministran a los europeos alimentos seguros y de alta calidad, al tiempo que constituyen la primera línea de defensa de Europa contra la pérdida de biodiversidad y el cambio climático. Sin embargo, también sufren la creciente presión económica de la competencia mundial y son las primeras en padecer los fenómenos meteorológicos extremos». El nuevo comisario se ha comprometido a continuar el Diálogo Estratégico iniciado por la presidenta de la Comisión, visitar a los agricultores de todo el continente y desarrollar, en estrecha colaboración con el Parlamento, una visión de la futura política agraria y alimentaria durante sus primeros 100 días en el cargo. En este sentido, ha declarado querer ser «el comisario con las botas sobre el terreno».