La sonrisa del campeón

C.P. / Burgos
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David González es un tipo feliz. Con tan solo 20 años, se acaba de colgar la medalla de oro en salto de altura en el Nacional Absoluto al aire libre. Ha subido mucho el listón y ya no tiene pensado bajarlo. Este fue su camino hacia lo más alto

David González, sonriente con su medalla de oro en San Amaro. - Foto: Alberto Rodrigo

A David González no se le va la sonrisa de la cara. Es un tipo de feliz. Nada más entrar en la pista de San Amaro llega la primera felicitación para el campeón de España absoluto de salto de altura. Él responde agradecido mientras agarra con orgullo su medalla de oro. "Estoy que no me lo creo y menos de este color", reconoce el joven burgalés. "A veces hay que soñar", añade.

Hacía poco más de 24 horas desde que se había alzado acon el título nacional en La Nucía (Alicante) y ya le tocaba volver a entrenar. No le importa. La medalla le ha quitado todos los dolores y le ha insuflado energía renovada. En las pistas de San Amaro, donde entrena de forma habitual, es la sensación. "Déjanos ver cómo es la medalla", le grita uno de sus compañeros de equipo mientras se acerca para felicitarle. Los allí presentes, entrenador incluido, sienten el triunfo como si fuera suyo. Y en parte lo es. Toda esa gente que le ha acompañado en el camino y que le ha inundado el WhatsApp de mensajes comparten la alegría de David. Sus padres, sus abuelos -que se emocionaron al enterarse- y también su hermana, con quien lleva practicando atletismo desde pequeño. Muchas horas entrenamiento reflejadas de alguna manera en el metal dorado que hoy brilla en su pecho. "Siempre sueñas con algo así, pero no me lo esperaba, menos después de una semana muy mala a nivel mental. No estaba saltando lo que quería y estuve parado con dolores en el pie", cuenta el nuevo campeón de España, que compagina los entrenamientos y competiciones con sus estudios de Ingeniería Informática en la Universidad de Burgos.

Lo insólito de lo inesperado convierte la medalla todavía en algo más especial. Bajó a La Nucía con "la pequeña esperanza" de poder subirse al podio y, después de jugar con fuego en dos ocasiones, se le iluminó el camino. "Cuando hice el tercer intento de 2,06 tenía mucha presión. En los terceros saltos la presión es horrible. Aún no sé cómo lo pasé", confiesa.

El burgalés David González confiesa que aún le cuesta asimilarlo y que El burgalés David González confiesa que aún le cuesta asimilarlo y que "cuando superé el listón de 2,15 lloré un poquito". - Foto: Alberto Rodrigo

Siempre sueñas con algo así, pero no me lo esperaba, menos después de una semana muy mala a nivel mental"

Todavía le quedaba otra penitencia que cumplir: el 2,09. Otra vez tuvo que recurrir al tercer intento, otra vez era jugárselo todo a un salto. "Lo superé y, a partir de ahí, sentí que iba sobrado. Me cambió la mente por completo. Me lo dijo un compañero, me motivé a tope y pasé el 2,12 y el 2,15 a la primera", recuerda David como si lo estuviera viviendo por segunda vez en su cabeza. "Todavía me cuesta asimilarlo, cuando superé el listón de 2,15 lloré un poquito", confiesa.

David tenía esa marca en sus piernas, pero todavía no lo sabía. No se lo terminaba de creer. Después, al ver que sus rivales no conseguían superar el listón de 2.15, explotó de alegría porque se sabía campeón de España. Acababa de ganar a Carlos Rojas, pentacampeón nacional. Entonces, le desapareció el dolor del pie y se le pasaron todos los males. "Llegué con molestias y hoy ya no me duele nada", dice entre risas.

Estoy que no me creo esta medalla y menos de este color"

Y es que muchas veces la cabeza juega un papel diferencial tanto en el deporte como en la vida. Los malos entrenamientos de la semana anterior y el dolor en el pie lo achaca ahora a "nervios camuflados", esos que volaron por los aires en el momento en el que se proclamó campeón. "Fue una alegría enorme", asegura este joven burgalés de tan solo 20 años.

La próxima cita para David González llegará este fin de semana con el Campeonato de España de Federaciones Autonómicas, que tendrá lugar en La Nucía, esa localidad alicantina bañada por el Mediterráneo que siempre estará presente en su memoria. Allí, compartirá de nuevo escenario con otras medallistas burgalesas como Lucía Carrillo y Eva Santidrián.

Después, el 13 y 14 de julio, se celebrará el Nacional sub-23 en Burgos y el objetivo no es otro que repetir la hazaña que logró el pasado domingo. "Sería muy bonito ganar en casa delante de los amigos y la familia", señala.

Al superar el 2,09 sentí que iba sobrado. Me cambió la mente por completo"

De momento, ya tiene en su palmarés al aire libre una medalla de oro absoluta, una de plata sub-20 y otra de bronce sub-23. Además, en pista cubierta también ha conquistado este mismo año un bronce absoluto.

La idea de cara al futuro es ir dando pasos hacia adelante poco a poco, sin forzar demasiado para evitar lesiones, y poner cada vez el listón más alto. ¡Quién sabe si algún día podrá subirlo hasta los 2.27 metros, marca mínima para ir a los Juegos Olímpicos! Por ahora, su mente está centrada en el hoy y no piensa más allá de este verano, aunque es casi imposible no ilusionarse, más cuando tan solo tienes 20 primaveras. "Es muy muy difícil, pero hay que soñar. Siempre hay que intentarlo", concluye.

Sería muy bonito ganar el Nacional sub-23 en casa delante de los amigos y la familia"