Los seis agentes que componen la Unidad Medioambiental asociada a la Unidad de Policía Administrativa del cuerpo municipal llevan unas cuantas semanas vigilando el comportamiento ciudadano en materia de residuos. Persiguen, sobre todo, vertidos ilegales y reciclajes fuera de horario por parte de hosteleros, pero también conductas incívicas de algunos vecinos. En uno de estos controles, sorprendieron al trabajador de un bar de la Plaza Mayor tirando el aceite de la freidora a una alcantarilla. No lo hizo una, sino varias veces. Ahora el establecimiento se enfrenta a una fuerte sanción que oscila entre los 2.000 y los 100.000 euros.
Los hechos ocurrieron días atrás, cuando un empleado de Urbaser que realizaba labores de limpieza nocturna en el centro de la ciudad se percató de que una de las alcantarillas estaba llena de aceite y restos de comida en fritura. Ante la sospecha de que alguien de la zona pudiera haber realizado vertidos ilegales, lo puso en conocimiento de una patrulla de la Policía Local que andaba por la zona.
Al día siguiente, dos agentes de paisano de la Unidad Medioambiental se acercaron para vigilar el entorno durante unas horas. Sin embargo, no vieron nada extraño. Repitieron la operación la siguiente noche y, esta vez sí, cazaron 'in fraganti' al infractor. Aprovechando la nocturnidad y que a esa hora no pasaba mucha gente por la zona, el empleado de un local de la Plaza Mayor volcó un cubo amarillo de entre 10 y 15 litros lleno de aceite a la misma alcantarilla que días antes había aparecido sucia.
En ese momento, le informaron de que estaba cometiendo una infracción y levantaron acta de denuncia contra el establecimiento. Al día siguiente, otro policía local se acercó para inspeccionar el establecimiento. Allí, descubrió que la freidora de aceite no contaba con un depósito donde canalizar los residuos y, teniendo en cuenta la advertencia del empleado de Urbaser y el vertido visto por los agentes de paisano el día anterior, concluyeron que esa conducta era habitual en el bar.
Los efectivos del cuerpo municipal tramitaron la pertinente denuncia y remitieron las diligencias al área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Burgos, que será el encargado de determinar la sanción a imponer por esta práctica ilegal. Según indican fuentes policiales, las multas oscilan entre los 2.000 y los 100.000 euros. Se trata de la primera que detectan tras la creación de la nueva unidad.
Dispositivos. Desde la Policía Local advierten de que la sección dedicada a perseguir delitos medioambientales, y que acaba de entrar en funcionamiento, va a centrar todos sus esfuerzos en castigar conductas como esta, tanto por parte de hosteleros como de vecinos en general. Lo harán con patrullas uniformadas y también de paisano. En la última semana, se han formulado cuatro actas de denuncia leves en la calle La Puebla por infringir la ordenanza municipal de residuos.
Pero no solo vigilarán el reciclaje o los vertidos ilegales. También a animales de compañía para evitar que se dejen excrementos en la vía pública. Sin ir más lejos, en los últimos días han multado a cinco propietarios.