La implantación de un sistema de depuración de aguas residuales de los pueblos que actualmente vierten a la cuenca del río Arlanza situada por encima de Castrovido fue una de las medidas compensatorias impuestas al aprobarse la declaración de impacto ambiental del embalse, cuya ejecución concluyó a finales de 2020. Más de 6.000 vecinos de 9 localidades viven pendientes de su cumplimiento, que costará cerca de 10 millones de euros y un año de obras, según el proyecto al que ha tenido acceso este periódico, en el que también se incluyen varias poblaciones aguas abajo de la presa.

El documento, cuya tramitación ambiental acaba de comenzar con la fase de consultas previas, contempla la construcción de 7 depuradoras.Hacinas y Castrillo de la Reina compartirán equipamiento para agrupar los vertidos y llevarlos hasta la red de saneamiento de Salas de los Infantes, utilizando la EDAR existente allí como instalación de depuración de las aguas residuales de esas dos poblaciones. Mientras, el resto de los municipios tendrán cada uno la suya propia, con un coste muy dispar. Así, la estación de Palacios de la Sierra será la más costosa, con un presupuesto estimado de 2,47 millones de euros, seguida por Quintanar de la Sierra, que actualmente tiene una depuradora fuera de servicio y que necesitaría una nueva por 1,5 millones. Ejecutar los proyectos para Canicosa de la Sierra y Hacinas-Castrillo de la Reina costaría 1,43 millones, cada uno, y la estación de Vilviestre delPinar también sobrepasaría el millón (1,155).

Para Regumiel de la Sierra se han estimado un coste de 876.417,55 euros, 462.082,16 para Monasterio y 63.542 en Castrovido, un barrio de Salas de los Infantes en el que la instalación requerida es mucho más pequeña. En total suman 9,4 millones de euros, a lo que se añaden otros 470.000 de inversión en medidas correctoras.

El proyecto ha sido redactado por la empresa Esteyco, que ha trabajado durante un año en colaboración con los técnicos de la Administración del Estado por 214.170 euros. Una vez aprobado y con la evaluación ambiental superada, «se podrá iniciar la licitación de las obras correspondientes por el Ministerio para la TransiciónEcológica y el Reto Demográfico, que es quien financia tanto los proyectos como las futuras obras», explican desde la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD).

En la actualidad, los municipios de Regumiel de la Sierra, Canicosa de la Sierra, Vilviestre del Pinar y Palacios de la Sierra no cuentan con sistemas de depuración alguno, por lo que vierten directamente a los cauces públicos. Mientras, «ante la imposibilidad económica de mantener la explotación de la EDAR de Quintanar de la Sierra, ésta se encuentra con el by-pass de entrada abierto derivando todo el caudal de entrada al cauce del río Arlanza. Por tanto, en la actualidad, todos los vertidos se realizan de forma directa y sin depuración con el riesgo de eutrofización del embalse cuando éste entre en funcionamiento, sobre todo en época estival con caudales de vertido máximos y mínimas aportaciones del río», explican. Todo ello genera un riesgo de eutrofización del embalse -incremento de sustancias nutritivas en aguas dulces de lagos y embalses, que provoca un exceso de fitoplancton- cuando éste entre en funcionamiento, sobre todo en época estival con caudales de vertido máximos y mínimas aportaciones del río.

En Monasterio de la Sierra, la situación se asemeja a la de Quintanar. «Aunque se trata de una fosa séptica y no requiere grandes costes de mantenimiento, ésta se encuentra con un by-pass en la entrada derivándose todo el caudal vertido a un arroyo cercano» que vierte a su vez al cauce del arroyo Valladares que desagua en el embalse de Castrovido por la margen derecha.

Aguas abajo de la presa, las fosas sépticas existentes en las localidades incluidas en este proyecto no han tenido mantenimiento desde su construcción, lo que no garantiza ninguna eficacia en el proceso de depuración.

En las EDAR de Regumiel, Canicosa, Quintanar, Vilviestre y Palacios el proceso de depuración consistirá en un sistema de biodiscos, que es un tratamiento tradicional de lecho fijo rotativo con aireación intermitente y con clarificación posterior. El mismo se utilizará en la de Monasterio, mientras que para Castrovido se plantean dos EDAR, una en cada punto de vertido, con tanques Imhoff, donde el agua previamente decantada entra en el depósito y a través de un repartidor el efluente atraviesa la masa de material filtrante en la que se encuentran fijadas las bacterias aerobias. Estos microorganismos, en contacto con el aire, oxidan la materia orgánica y depuran el agua, que sale por la parte inferior del depósito.

En el proceso de redacción de los proyectos se plantearon otras alternativas, como que compartieran EDAR Canicosa con Quintanar, y Palacios con Vilviestre, pero se ha seleccionado la opción ambiental más favorable. De igual modo, para el proceso de depuración, es el sistema de biomasa fija con biodiscos la opción más favorable por su menor ocupación, lo que implica menor afección a los recursos naturales y culturales del entorno.