Un centenar de arandinos sufren soledad no deseada

L. NÚÑEZ / Aranda
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Desde la ONG constatan un repunte de casos, sobre todo en personas mayores, aunque subrayan que es "un problema de primera magnitud" que también afecta a mujeres en dificultad social y a migrantes

Un centenar de arandinos sufren soledad no deseada - Foto: Alberto Rodrigo

La soledad no deseada es un fenómeno que crece en silencio. En el caso de Aranda y la Ribera del Duero, se estima que ya sufren este problema "de primera magnitud", como lo definen en Cruz Roja, alrededor de un centenar de personas. Según detallan desde la ONG, se ha producido un incremento de las situaciones de aislamiento involuntario y desconexión emocional en los últimos años, a raíz de la pandemia que puso el mundo patas arriba. Antes del covid, en la sede que Cruz Roja tiene en la capital ribereña ya habían detectado un aumento de los niveles de soledad no deseada, especialmente en personas mayores. Así, recibían un mayor número de demandas para realizar, sobre todo, actividades de ocio. Después, las consecuencias de esta crisis sanitaria, social y económica sin precedentes siguen estando "muy presentes", como aseguran Sara Martín Díez y Noelia Martín Nuño, trabajadoras sociales en Cruz Roja, y, a su juicio, una de las más graves "precisamente es el aumento de estas situaciones de aislamiento social y soledad".

Ante estas circunstancias, en la ONG desarrollan diversos programas para cubrir estas necesidades. "Queremos que la gente sepa que estamos aquí", dicen las dos trabajadoras sociales, que realizan visitas de acompañamiento a domicilios, actividades de vida asociativa, atención telefónica, apoyo psicológico o voluntariado, entre otros. Es decir, "nuestro trabajo se centra en ofrecer apoyo para combatir la soledad no deseada".

Pues bien, entre las herramientas que aplican destacan dos recursos. Por un lado, el servicio multicanal Te acompaña, que ofrece atención a través de un teléfono gratuito (900 444 111). Y, por otro, el proyecto Promoción de la Red Social y del Envejecimiento Saludable, que responde entre otros al objetivo de paliar la soledad no deseada en personas mayores, con especial hincapié en quienes tienen más de 65 años y también en quienes viven en las zonas rurales.

Además, Martín Díez y Martín Nuño subrayan que cuentan con un marco de atención a los usuarios que les permite centrarse en cada persona y ofrecer un acompañamiento integral. Todo ello en un momento en el que "los cambios en los estilos de vida y en las prioridades de nuestra sociedad están haciendo que el sentimiento de soledad esté aumentando", como añaden. De hecho, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), hay cerca de cinco millones y medio de personas que viven solas en España, lo que representa el 28% de los hogares.

"No tiene edad". Preguntadas si existe un perfil entre quienes sufren soledad no deseada, las dos trabajadoras sociales de Cruz Roja en Aranda explican que la percepción más extendida identifica este problema como algo exclusivo de las personas mayores. "Y es cierto que la edad es un factor desencadenante de riesgo bien documentado en las investigaciones, pero no es el único", apunta Martín, al tiempo que añade: "La soledad puede llegar en cualquier instante. No tiene edad, ni género, ni color, ni siquiera tiene que ver necesariamente con vivir solo. Podemos estar rodeados de personas, de familia, y, sin embargo, sentir soledad".

Tal como remarcan, la soledad emocional o social no es exclusiva de la vejez, aunque en esta etapa se producen "cambios muy relevantes" que pueden incrementar estos sentimientos. Por ejemplo, la jubilación, una enfermedad o la disminución de las redes sociales.

Así, ambas trabajadoras sociales de Cruz Roja recuerdan que además de los mayores, este problema también impacta de lleno en mujeres en dificultad social, como las víctimas de la violencia de género, migrantes, refugiados, jóvenes, personas con discapacidad o quienes sufren enfermedades crónicas.