Los vecinos del inmueble en el que la Policía desmanteló este martes un punto negro de droga respiran algo más tranquilos. Son conscientes de que el inquilino del quinto piso que se dedicaba a surtir de cocaína base a medio centro histórico de Burgos puede salir en unos días a la calle. Tal vez horas. Pero, al menos, creen que su arresto puede servir para que se vaya del edificio y del barrio tras meses provocando un trasiego de moradores y una creciente inseguridad.
«Fue una locura desde el principio. Antes también utilizaba el patinete para repartir por ahí, pero luego era todo en su casa. Pusimos la primera denuncia en junio porque era un goteo constante de personas. Vivimos familias y gente mayor que se sentía insegura», comentaba una vecina nada más marcharse el Grupo de Estupefacientes del portal. Se generó en la comunidad de 13 vecinos, prosiguió, una sensación de inseguridad que iba 'in crescendo'.
No era para menos, pues durante muchos días era habitual encontrarse en el portal, en las escaleras e incluso en los rellanos a algunos de estos consumidores fumándose la micra con total impunidad. «Había una señora a la que le daba miedo salir de casa. Pedíamos una y otra vez que hicieran algo porque este edificio y el barrio siempre ha sido muy tranquilo en este aspecto».
Para entender lo que provocaba este punto de venta de droga en uno de los entornos más emblemáticos de la ciudad sólo había que observar a algunas personas que merodeaban la casa mientras se producía la detención y el registro del presunto narcotraficante. En la hora que duró el operativo, se acercaron media docena de conocidos consumidores que, al ver la escena, se dieron media vuelta.
«Creemos que tenían que renovar ahora el contrato del piso, así que esperamos que tras esto se tengan que ir a otro lado», ansiaban los residentes del 16 de Hospital de los Ciegos. Desde luego, al desmantelar este tipo de puntos negros la intención de la Policía Nacional, conocedora de la gran dificultad de erradicar por completo el tráfico de estupefacientes en la ciudad, es conseguir que vuelva a reinar cierta paz en los barrios.