Jon Pérez Bolo, entrenador del Burgos CF, tiene "ganas de vacaciones". Insiste en que ha sido una temporada "durísima" en la que ha tenido que hacer frente a importantes retos como sustituir a Julián Calero, una figura imprescindible en las últimas campañas con el que las comparaciones han sido continuas, o dotar al equipo de un nuevo estilo futbolístico. A lo anterior hay que añadir el cambio de propiedad a mitad de curso, los problemas del equipo lejos de El Plantío y una competición en la que la igualdad ha sido máxima hasta el final. Su intención es desconectar, aunque sabe que no lo logrará del todo.
Es consciente de que se les ha escapado el play off por poco y que, pese a la irregularidad blanquinegra como visitante, la posibilidad de luchar por el ascenso se ha esfumado en los últimos partidos en El Plantío. De cara a la próxima campaña, no quiere hablar de permanencia, ni de play off, ni de ascenso y se refugia en "el trabajo y la humildad", sin dejar de lado "la ambición máxima". Es su discurso y no lo cambiará. Trabajará junto a Michu para confeccionar la próxima plantilla, en la que espera que haya "más de diez jugadores de la actual", incluido Curro Sánchez.
¿Qué nota le pone al Burgos tras acabar el curso?
Bolo, ayer en El Plantío. - Foto: Miguel Ángel ValdivielsoLa nota nos la tienen que poner los aficionados a lo que hemos hecho a lo largo de la temporada. A mi equipo, en cuanto a trabajo, humildad y unión, así como a los trabajadores del club les pondría una matrícula de honor. Si hablamos de rendimiento y de lo que hemos hecho en el campo la nota la debe poner la afición. Creo que ha sido una buena temporada, muy dura por muchos aspectos, sobre todo el deportivo. Nos ha faltado esa guinda al pastel que a todos nos hubiera gustado. Lo importante es que se han dado pasos hacia adelante en ese proyecto que comenzó hace tres años en Segunda División.
¿Estar hasta la penúltima jornada con opciones de play off es para estar contentos?
Todos estamos contentos, pero tenemos esa espinita clavada por quedarnos en la orilla. Nos ha faltado esa última brazada.
Vine a un club que estaba haciendo las cosas bien y sabía que mejorarlo iba a ser complicado, así como cambiar algunas cosas"
¿En qué momento vio que el play off se escapaba?
Creo que los dos o tres últimos partidos en casa nos hicieron daño y son los que nos han impedido estar hasta la última jornada con opciones de play off. Empatamos contra el Amorebieta después de ir ganando 2-0 y esos dos puntos los notamos, aunque después fuimos capaces de ganar en Zaragoza. Luego vino el palo del Eldense, en el que no hicimos un buen partido. También me acuerdo de encuentros en El Plantío como el del Levante o el del Espanyol, en el que se nos escapan también cuatro puntos. En estos choques se nos fue la opción del play off. Se ha hablado más de los partidos fuera de casa, pero si esos duelos los hubiéramos sacado adelante estaríamos dentro.
¿Ha echado en falta el equipo mayor madurez, debido a que había jugadores que nunca habían estado en estas circunstancias?
Esto es fútbol. Tenemos jugadores comprometidos, trabajadores y con experiencia, aunque es cierto que muchos de ellos no se habían visto en la situación de pelear por un play off. Nunca vamos a saber si con otros lo hubiéramos conseguido. Estoy orgulloso de todos ellos y lo que tengo claro es que esta experiencia nos va a servir para mejorar y que cuando tengamos otra oportunidad estaremos más preparados.
¿La victoria en Eibar fue la que convenció al vestuario de que el play off era posible?
Teníamos la ilusión de engancharnos ahí arriba y sabíamos que había que ganar dos o tres partidos seguidos. Fuimos capaces de hacerlo y esa esperanza se convirtió en un objetivo. La permanencia estaba ya conseguida y cambiamos el chip. Nos ilusionamos, pero no nos dio.
¿Pensaba en el inicio de campaña que el equipo estaría en la lucha por jugar el play off?
En el inicio ni pienso en ascensos, ni permanencias, sino en trabajar, valorar la plantilla que tengo, aunque soy ambicioso y el primero en querer llegar a las metas más altas. Por experiencia creo que hay que vivir el día a día, que hay que ser ambiciosos y no tener miedo a nada, pero hay que ir poco a poco. Cuando vine solo pensaba en trabajar duro y con humildad. Al final si haces bien las cosas puedes optar a objetivos altos, pese a estar en una categoría muy complicada. No soy de marcarme objetivos, aunque a ambición y ganas de mejorar no me va a ganar nadie.
Todos estamos contentos, pero tenemos esa espinita clavada por quedarnos en la orilla"
¿Qué te ha sorprendido de Burgos y del Burgos CF?
Todo el mundo me decía que iba a pasar mucho frío y he estado encantado (risas). Todo lo que me contó Michu y algunos de los amigos que tengo en Burgos se ha cumplido. Jugar cada 15 días en El Plantío es un lujo. Sabía que iba a ser un reto difícil y lo ha sido. Este año me sirve de aprendizaje. Vine a un club que estaba haciendo las cosas bien durante varios años y que mejorarlo iba a ser complicado, así como cambiar cosas. El inicio fue durísimo, pero siempre he creído en mis posibilidades y en las de mi cuerpo técnico. Lo hemos logrado y pasear hoy por Burgos y que la gente te salude y te dé las gracias por la campaña quiere decir que está orgullosa.
¿La sombra de Julián Calero era muy alargada?
Para mí fue para bien porque eso me hizo crecerme y querer superar sus números. Repito que el reto era importante porque es más fácil llegar a un sitio donde las cosas están mal, ya que superarlas es fácil. El trabajo de Julián hizo que tuviera que mejorar día a día para tratar de superar lo que había conseguido. Es un gran entrenador y una persona muy querida en Burgos. Ojalá cuando me tenga que ir sea de la misma forma que lo hizo él y que la gente esté orgullosa de lo que he hecho. Está claro que era un reto, que Julián estaba ahí y que ha estado durante toda la temporada. Es normal hacer comparaciones.
¿Cuánto ha mejorado y cuánto ha aprendido Bolo esta temporada?
Mucho. Insisto en que ha sido duro porque se estaban haciendo las cosas bien. Traté de darle otro enfoque al juego del equipo, he estado buscando soluciones para mejorar los partidos de fuera y he vivido un cambio de propiedad que no fue agradable por cómo se dio. La gente desconfiaba y hubo protestas por ejemplo en el partido de Copa y eso no es bonito. Han sido muchas cosas, pero hemos salido hacia adelante estando todos juntos. Esas vivencias me han hecho mejor entrenador. Ha sido la temporada más dura desde que soy entrenador en el fútbol profesional, también muy bonita por todo lo que hemos vivido. Todo eso te hace fuerte.
¿Una plantilla corta como la que ha tenido esta campaña le ha condicionado en algunos partidos cuando han llegado las lesiones y las sanciones?
Siempre condiciona porque cuando más elementos tienes para mover cosas más fácil es acertar. Pero no creo en las excusas ni voy a poner ningún pero. Un problema, una solución. Sabíamos desde el principio que teníamos una plantilla más corta de lo normal.
Todas las vivencias de la temporada me han hecho mejor entrenador"
La próxima campaña la exigencia será máxima independientemente del dinero que haya"
¿La apuesta fue priorizar la calidad a la cantidad?
Sí. Teníamos el límite salarial que teníamos y fuimos capaces de convencer a algunos jugadores para que se subieran al carro, pero el dinero se acaba y no puedes fichar más. Pero no creo que haya que buscar excusas porque es entrar en la mediocridad y eso no me gusta. Hay que buscar soluciones, ser optimistas y mirar hacia adelante. Si empiezas a pensar en negativo solo te debilita.
Estamos en época de renovaciones y Curro Sánchez está en el pensamiento de todos. ¿Para el Burgos Curro Sánchez va más allá de esos 15 goles que ha logrado?
Es un líder en el vestuario. El primero en ponerse delante de los caballos, un asesino del área, un asesino del trabajo, siempre quiere más. Es un ejemplo de profesionalidad y rezo todas las noches para que se pueda quedar, pero al final es su decisión.
Su continuidad no es fácil, pero tampoco imposible.
En fútbol nada es imposible y siempre hay que estar ilusionado con que las cosas vayan bien. Personalmente estoy tranquilo porque creo que hay posibilidades. Veremos lo que decide Curro y esperemos que sea que sigue con nosotros.
¿Qué influencia tendrá Bolo en la confección de la próxima plantilla?
He dicho muchas veces que trabajar con Michu es gratificante. Siempre tiene muy en cuenta lo que el entrenador le pide. Es el alma mater del proyecto, pero toda la dirección deportiva tiene en cuenta las peticiones que les hacemos y eso es muy importante. Por eso estoy muy a gusto y quiero seguir. Hay veces que no vamos a estar al cien por cien de acuerdo en todo, pero hay consenso y eso es importante. Michu no es una persona que imponga, habla las cosas y al final siempre llegamos a acuerdos y eso es lo mejor para el Burgos.
Sabíamos desde el principio que teníamos una plantilla más corta de lo normal. Apostamos por la calidad y no por la cantidad"
Aumentará el presupuesto, ¿también la exigencia?
Exigencia y ambición siempre tiene que ser la máxima posible. Pero yo no necesito que nadie me venga a decir que tengo que mejorar o trabajar más. La exigencia no va a cambiar y será la de venir aquí el 8 de julio y trabajar con los pies en el suelo. Esa labor será la que nos haga estar mejor o peor clasificado. Pese a que el límite salarial esté entre los siete u ocho millones de euros no vamos a estar entre los equipos fuertes de la categoría. Todos ellos tendrán más presupuesto, pero eso da igual porque hemos demostrado que con menos dinero hemos estado hasta el final peleando por el play off. El dinero que se pueda subir hará que tengamos un poco más de plantilla en cuanto a número para intentar acertar y mejorar. Eso es bueno y cuanto más límite salarial tienes más puedes conseguir, pero la exigencia será máxima independientemente del dinero que haya. Hay que ser exigente y tratar de conseguir lo máximo.
¿Es una equivocación cambiar de discurso porque la apuesta económica aumente?
Respetaré la opinión de todo el mundo, pero creo que lo adecuado es el trabajo, la humildad y el día a día. Aceptaré todo lo que la afición, el club, Marcelo (Figoli) o Alejandro (Grandinetti) digan. Somos ambiciosos y soy el primero que quiere entrenar en Primera, que quiere ascender al Burgos… Pero lo dije el año pasado y lo repetiré ahora: voy a trabajar al 200 por cien con la mayor de las humildades posibles y no voy a decir que quiero llegar a los 50 puntos o quiero alcanzar otro objetivo. Lo que pretendo es ganar el primer partido de liga y si lo gano hacer lo mismo con el segundo y el tercero. Pese a todo, acepto que la gente quiera dar un paso hacia adelante y quiera hablar de play off o de ascenso. Perfecto, más reto. En este mundo si hablas de llegar a los 50 puntos la gente se queda con eso y dice que no eres ambicioso. No voy a hablar de nada, sino de hacer una buena pretemporada, empezar con buen pie la liga, posicionarnos bien y ese día a día va a hacer que veamos si podemos llegar o no. No voy a hablar de permanencia o de play off, sino de estar todos juntos porque será la forma de que nos vaya bien. Esa unión que se ha generado con la afición no se puede perder. Tenemos que ser muy ambiciosos, pero sin levantar nunca los pies del suelo.
¿Tener varios jugadores con contrato y que, en principio, continuarán en el equipo ayuda a arrancar un nuevo proyecto?
Siempre ayuda porque saben mi forma de ser y de trabajar. Esos que tienen contrato, más los que renueven son los que ayudan a hacer ver a los nuevos lo que es el Burgos y el día a día con Bolo y su cuerpo técnico. Esos son los que van a apoyar a adaptarse a los nuevos.
¿Con cuántos jugadores de esta campaña le gustaría contar ese 8 de julio?
Me gustaría que fueran más de diez. Tendrá que venir gente nueva, pero confío mucho en estos futbolistas porque está plantilla ha demostrado que puede pelear con los grandes. Si se quedan más estaría encantado.
¿El problema este verano es precisamente ese, que muchos de los jugadores de la actual plantilla han demostrado que pueden competir con los grandes?
Está claro que este año todos nos hemos revalorizado y el Burgos ha crecido. Todos hemos dado un paso adelante y el club también lo hará con esa ampliación de capital. Eso se ha conseguido gracias al trabajo, no solo de los que juegan o estamos en el césped, sino de toda esa gente que está alrededor de lo deportivo.
Trabajar con Michu es gratificante y siempre tiene muy en cuenta lo que el entrenador le pide. No es una persona que imponga"
¿Qué espera de la próxima campaña?
Me gustaría que lo que se ha creado entre la afición y el equipo se mantuviera y que el Burgos mejorara sus números fuera de casa. Si seguimos como hemos estado esta campaña en El Plantío y mejoramos un poco fuera estaremos cerca de cosas importantes. La idea es mejorar lo de este año y si lo conseguimos estaremos muy cerca.
¿El objetivo colectivo es crecer?
Cuanto más crezca el club en todos los ámbitos más fuertes serán los cimientos que te ayudarán a conseguir objetivos más ambiciosos. Las casas se empiezan por abajo y se van mejorando. Cuanto más fuerte sea esa casa menos peligro tendrá de que venga el lobo sople y la derribe. El club está fuerte y espero que lo sea aún más en el futuro.
El club ha calado hondo en la ciudad y eso se percibe más allá de los partidos que juega el equipo en casa.
Me gusta pasear por Burgos y ver a los niños que te paran, las fotos o los agradecimientos de la gente te llenan de orgullo. Eso va más allá del día que el equipo juega en casa. Trabajamos para eso, no podemos perderlo y está en nuestra mano mantenerlo.
¿Entiende que se ha valorado de forma justa lo que ha conseguido el equipo?
Mucho. Si ponemos en la balanza todo el 99 por ciento de la gente con la que hablo y veo por la calle está encantadísima, pero a todos no se puede gustar, pero eso pasa en todos los equipos y hay que aceptarlo. Es imposible gustar a todo el mundo y la crítica estará ahí, pero siempre que sea desde el respeto es buena.