«Esto me ha venido bien para sacar lo mejor de mí»

F.L.D. / Burgos
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Antes de entrar en prisión, Cándido no era muy amigo de los gestos de cariño. Ahora, agachado junto a Basti, da la sensación de que le falten extremidades para dar un amor que parecía guardado para sí mismo

Cándido (d) y Ricardo abrazan a Basti en una de sus visitas de la terapia. - Foto: Valdivielso

Antes de entrar en prisión, Cándido no era muy amigo de los gestos de cariño. Un abrazo suyo, dice, se cotizaba al alza incluso entre sus propios familiares. Ahora, agachado junto a Basti da la sensación de que le falten extremidades para dar un amor que parecía guardado para sí mismo. Se aferra al animal como si fuera la última vez que lo fuera a ver. Como si no quedaran más viernes en el calendario para que Pablo cruzara el patio de la cárcel en compañía de sus perros. Lo mejor de todo, confiesa, es que ese afecto lo brindaría a cualquier compañero. 

«Hace años sería inviable decir un te quiero a un ser querido. Ahora se lo digo a Ricardo o a cualquier otro interno. Creo que este programa con animales me ha venido bien para sacar lo mejor de mí», explica. Cándido lleva ya más de dos años en prisión y aún le queda mucho de condena. Nunca pensó, dice, que traficar con droga le encerraría durante tanto tiempo. 

«No lo hacía por necesidad económica. Estaba enganchado y, de alguna manera, traficando podía seguir en contacto con las drogas», bucea sin pudor por su pasado. El tiempo, ese que parece haberle robado su adicción, vuela para su resignación tanto dentro como fuera de la trena. «Cuando entré pensé que en la calle el reloj se paraba, pero enseguida te das cuenta de que no es así», lamenta. 

Casi como una terapia interna, insiste en aportar su experiencia para intentar que otros no cometan sus errores. «Yo creo que la sociedad no debería banalizar el tema de la droga. Tengo claro que soy un enfermo y cualquiera ve la enfermedad como algo malo. Pero con las sustancias parece que no es así. Hay que hacer una profunda reflexión», promulga. 

Su objetivo, insiste, es salir de la prisión siendo mejor persona. Tiene claro que Basti le puede ayudar mucho en el camino. También Pablo, al que acompaña a la puerta. Hasta que vuelva a ser viernes.