«Estamos redactando el proyecto, como sabe usted, se adjudicó en marzo, del tramo comprendido entre Burgos y Vitoria, que el año que viene saldrá a licitación» (sic). Así de contundente se mostró ayer el ministro de Transportes, Óscar Puente, en una respuesta durante el Pleno del Congreso al diputado del PP Javier de Andrés Guerra, que le había preguntado sobre la llegada del AVE a Euskadi.

El anuncio de que será en 2024 cuando se saque a concurso la construcción de la plataforma de alta velocidad entre las capitales castellana y vasca pilló a todo el mundo con el pie cambiado por la incongruencia del mensaje. El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) adjudicó el pasado marzo la redacción de los proyectos de los cinco tramos en los que se divide esta obra. El plazo estimado para entregar los documentos oscilaba entre los 20 y los 24 meses en función de su complejidad o longitud, por lo que -como mínimo- no será hasta noviembre de 2024 cuando se deban recepcionar dos de ellos. Otros tantos se irán a enero de 2025, mientras que uno tiene de margen hasta marzo de 2025.

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