¡Sí, sí, sí, sí!

R. PÉREZ BARREDO / Burgos
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Los burgaleses Víctor Rutty, Rober del Pyro y DJ Kaef hacen las delicias de un público entregado al rap más digno y genuino, convirtiendo la noche burgalesa en una oda a la belleza y la verdad

Podrán traer a grandes estrellas a los Sampedros, pero el tirón de Rutty (imagen), Del Pyro y DJ Kaef no tiene parangón. - Foto: Iván López

Son tan buenos y llegan a tanta gente, que estaría de campanillas que quienes se consideran ajenos a su música por generación, displicencia o ignorancia aguzaran bien el oído y se dejaran llevar por sus letras y melodías. Víctor Rutty, Rober del Pyro yDJ Kaef son tres artistas burgaleses tan cojonudos que su concierto de ayer en los Sampedros no se lo perdieron ni Martina, que estaba en Florencia, ni Felipe, que estaba en Madrid, ni Martín y Alejandro, que estaban en Mallorca sufriendo de lo lindo. Por supuesto, no faltaron a la cita Marina y Alba, que sí estaban físicamente en el Escenario Excéntrico desde primera hora, entregadas ambas al trío de talentosos músicos, que consideran «los mejores de Burgos». Desde que se anunciara el adelanto de la cita por amenaza (quedó en eso) de aguacero, el entorno de El Hangar se llenó de fieles de los fieles seguidores de estos tipos estupendos.

La chavalería acudió al evento como Dios manda: botellón en ristre y las ganas intactas de todo. No defraudaron los ídolos a la ansiosa tropa: fue salir DJ Kaef al escenario y obrar el milagro de que la multitud que estaba expectante empezara a botar como si no hubiera un mañana.Olía a victoria por todos los rincones, mucho más cuando Rutty y Del Pyro salieron a comerse el escenario con su 'Backup', tema que incendió la tarde que agonizaba anaranjada en el horizonte entre el delirio de los fans, que corearon cada jodido verso del tema, entregados al magnetismo de unos animales escénicos convertidos en chamanes, en guías, en referentes de una muchedumbre a sus pies.

«¡Burgos! ¡Vamos a pasarlo bien!», proclamó Rutty anticipando la maravilla, la magia que obran tres tipos tan sencillos como grandes, casi sobrepasados por las aclamaciones del público, que volvió a mostrar su afecto y fidelidad a unos músicos que han mantenido intacta la dignidad del rap, su pureza, su raíz de barrio y humildad. Lo que cantan sus letras desde siempre: decencia, origen, valentía, orgullo de barrio. Tuvieron que aguantarse las ganas de iluminar la noche con su nuevo disco -hay que esperar a septiembre- pero no por ello dejó de ser el concierto de estos raperos uno de los momentos más álgidos de los Sampedros: su supervivencia en los márgenes de la industria musiquera está garantizada a tenor de las ovaciones, de los compartidos estribillos, de la devoción de su gente. Son más que profetas en su tierra: son la voz de tanta gente que dan ganas de proclamar a voz en cuello: ¡Viva el rap! Tanta es la belleza y la verdad. Ofrecieron, sí, el primer tema de ese ansiado y esperado disco. Ese temazo llamado 'Nunca muere' fue coreado hasta el punto de que la noche burgalesa le perteneció sólo a ellos, a los presentes y a los ausentes, a esa «familia», dijo Rutty, que conforman aquellos que siguen a su lado.

Temazos como 'La piazza' o 'La vida se gasta' (en el que el público alcanzó  el clímax de la tarde-noche ) hicieron que sobrara ropa, aunque hubiera empezado a refrescar. «Vamos a dar ruido para el futuro», exclamó Rutty cuando se acercaba el final, en ese momento en el que todos los gatos empezaban a ser pardos, en el que la vida no tiene horizonte, en el que todo parece empezar. Larga vida al rap de Burgos. ¡Sí, sí, sí, sí!