Han tenido que pasar cuatro años desde su gestación para que este nuevo servicio que el Ayuntamiento ofrecerá a las mujeres esté en marcha, pero finalmente el lunes las primeras usuarias podrán activar el denominado botón del pánico. Se trata de una medida para dar seguridad a las féminas que en un momento dado sientan peligro o sospechen que pueden estar en riesgo.
Las últimas pruebas realizadas ayer por la empresa adjudicataria, las técnicas de la Gerencia de Servicios Sociales y la Policía Local ha servido para comprobar que el sistema funciona correctamente y ya puede entregarse a la docena de usuarias que lo han solicitado, según aseguró ayer la concejala de Servicios Sociales, Andrea Ballesteros. «Las mujeres podrán recoger los dispositivos el lunes y el martes, las técnicas de Servicios Sociales explicarán el funcionamiento y firmarán un documento que acredita que han recibido el dispositivo».
Desde que en septiembre de 2023 se abriera el plazo de solicitud, solo 12 mujeres lo han pedido, lo que pone de manifiesto la escasa acogida. La implantación de este sistema fue una idea de Ciudadanos en el mandato pasado cuando gobernaba con el PSOE, pero que no pudieron materializar por problemas con la primera empresa adjudicataria. Cuando se adjudicó a una segunda también se demoró para perfeccionar el sistema y también para conectarlo con la central de la Policía Local.
Se trata de un sistema de alerta que está asociado al teléfono móvil y cuando se activa emite una señal que permite geolocalizar a la usuaria. Cabe recordar que lo pueden solicitar mujeres a partir de los 16 años empadronadas en la ciudad y que se encuentren en situación de riesgo de sufrir una agresión física, psicológica o sexual y es gratuito. Se entiende por situación de riesgo aquella en la que se ve comprometida la seguridad personal cuando se acude o se sale del trabajo o se practica deporte a horas en las que transita poca gente por la calle; la circulación por lugares poco iluminados; el tránsito a horas en las que hay poca gente, la permanencia en espacios en los que la mujer perciba peligro para su integridad física, psicológica o sexual o haberse sentido perseguida o vigilada en alguna ocasión. Las mujeres de 16 y 17 años deberán contar con el consentimiento de sus padres.