El compromiso sellado el pasado jueves por nueve partidos políticos del arco de la izquierda que anuncian el cierre de Garoña, en el caso de que llegaran a gobernar, tuvo ayer respuesta por parte de Nuclenor y del Foro Nuclear. La empresa reiteró que «Garoña cumple con todos los requisitos de seguridad y está preparada para operar a largo plazo» e incluso señaló que «los informes emitidos con motivo de las pruebas de resistencia realizadas a las nucleares -tras el accidente de Fukushima- concluyen que los márgenes de seguridad de Garoña son superiores a los requeridos en las bases de diseño y están al mismo nivel que el resto de las instalaciones españolas y europeas».
Frente al discurso escuchado ayer por el PSOE, EQUO, IU, PNV, BNG, ERC, Compromis, Amaiur y Nueva Canarias, que afirma que la planta sufre «déficits de seguridad» y que las nucleares deben cerrar a los 40 años de funcionamiento, Nuclenor postula que «todos los estudios realizados hasta el momento demuestran que la vasija del reactor y los elementos más importantes de la instalación disponen de márgenes de seguridad para operar más allá de los 60 años».
Asimismo, el presidente del Foro Nuclear, la patronal del sector, Antonio Cornadó, afirmó que «es técnicamente viable operar las centrales nucleares más allá de su plazo de diseño» y explicó que en «los nuevos reactores de tercera generación, uno de los requisitos considerados en su diseño es el de autorizar la explotación durante sesenta años». A ello añadió que la vida de diseño de una central prevista inicialmente en 40 años «ha resultado ser una previsión conservadora» porque «con las mejoras técnicas introducidas en los equipos y componentes se ha probado que la planta experimenta menos situaciones en condiciones severas de funcionamiento que las previstas inicialmente» cuando se formuló su diseño.
Mantenimiento. Asimismo, Nuclenor recordó que las medidas ya incorporadas y «las que va a incorporar en distintos equipos, sistemas y procedimientos refuerzan la seguridad y dan robustez a la planta para hacer frente a las situaciones más extremas», como terremotos, inundaciones, pérdidas prolongadas del suministro eléctrico o accidentes severos.
Como ya ha reiterado en numerosas ocasiones, Nuclenor insistió en que «durante estos dos años de parada se ha mantenido un programa exhaustivo de mantenimiento y conservación de la instalación que asegura su perfecto estado». A ello añadió que la planta del Valle de Tobalina se ha actualizado tecnológicamente gracias a la inversión de 430 millones de euros desde los años ochenta «para cumplir con las exigencias al mismo nivel que las centrales más modernas».
En cuanto a los efectos que tendría para la economía de su entorno y de la provincia el cierre que postulan nueve partidos políticos, Nuclenor recordó que la central en funcionamiento «da empleo a más de 1.600 trabajadores directos e indirectos y genera una actividad económica de unos 279 millones de euros anuales y una repercusión fiscal del orden de 75 millones».