Llegó a Burgos el verano pasado como la gran estrella del proyecto del Hereda San Pablo y a lo largo de la temporada ha habido fases en las que se le exigía más protagonismo. Tal vez, sea el jugador que más críticas ha recibido. Se llegó a especular incluso con su salida cuando se destituyó a Paco Olmos, pero Rasid Mahalbasic se mantuvo siempre con el perfil bajo que le caracteriza, apostó por ser uno más en el equipo y ayer, en el momento que los suyos más le necesitaban, cuando la sombra del fracaso planeaba por el Coliseum, dio un auténtico recital y fue capital para que la victoria se quedara en Burgos (64-69). Hoy, a las 20.30 horas, peleará con el Zunder Palencia por una plaza en la ACB la próxima temporada.
El triunfo del San Pablo en la semifinal nada tuvo que ver con el de su rival de hoy. El Palencia se paseó contra el Valladolid, mientras que los burgaleses tuvieron que sufrir -y mucho- para tumbar a un Gipuzkoa Basket que no se rindió nunca. La falta de acierto azulona fue alarmante, los porcentajes en el triple (15%) y el tiro libre (55.9%) fueron paupérrimos y los donostiarras, con mucha más puntería, llevaron el liderazgo en el marcador durante la gran parte del choque. Es más, llegaron a tener una ventaja de 14 puntos en el tercer cuarto, pero el San Pablo defendió de forma espectacular, demostró ser un equipo y el talento de Mahalbasic, un par de triples de Barrera y el carácter de Corbalán hicieron el resto. Los pupilos de Curro Segura hicieron un ejercicio de fe que hace unos meses hubiera sido impensable y firmaron un impresionante parcial de 4-28 entre el final del tercer cuarto y buena parte del último.
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