Tras 16 años al frente del Juzgado de Instrucción número 4 de Burgos, María Antonia García López asumió en otoño la titularidad de una jurisdicción tan delicada como, dicen quienes han estado al frente, gratificante. Reconoce tras sus primeros meses que cuesta cambiar el 'chip' al pasar de un tribunal de adultos a otro de adolescentes, aunque los delitos que se cometan sean prácticamente los mismos. A largo de más de una hora de conversación, defiende el poder de la educación como herramienta para tratar la criminalidad entre los más jóvenes.
¿Cuáles son los delitos más comunes que está juzgando desde que asumió la unidad de Menores?
No hay grandes diferencias entre las tipologías penales que vemos en adultos y entre adolescentes. Es decir, lo que más tenemos son infracciones contra el patrimonio y contra las personas, como pueden ser agresiones. Pero sí percibo que los delincuentes comprendidas entre los 14 y los 17 años actúa por unos motivos bien diferentes. Son perfiles completamente opuestos.
Si uno echa mano de las estadísticas, muy pocas condenas acaban en internamiento. ¿Eso habla de la poca entidad de los delitos?
En Menores hay 15 tipos de medidas y las de internamiento, que son las más severas, ciertamente son las menos numerosas y efectivamente habla de que, afortunadamente, no tenemos casos demasiado graves. Eso sí, los que hay son muy complejos.
¿Están subiendo también los delitos sexuales?
Más o menos al mismo ritmo que en los mayores de edad y que en otras provincias de España, si bien es cierto que en este juzgado se tratan, si cabe, con una mayor sensibilidad por las edades que estamos hablando. No son, ni mucho menos, los más comunes, pero sí los más complejos y más duros de asumir.
¿Y cómo son los casos de este tipo que están tratando?
Observamos que todos tienen un denominador común, que es el profundo desconocimiento de las relaciones sexuales y su banalización. Creemos que el acceso a la pornografía genera cierta confusión y expectativas irreales que provocan ciertos comportamientos abusivos hacia las víctimas.
Su antecesora, Blanca Subiñas, vaticinó que la llamada ley del 'sólo sí es sí' incrementaría los internamientos al equipar el abuso con la agresión. ¿Ha sido así?
No lo he percibido de una manera tan intensa como se preveía, pero es verdad que la reforma aboca a que determinados delitos sean castigados con la medida del internamiento cerrado cuando antes no era así.
(La entrevista completa, en la edición impresa de este lunes de Diario de Burgos o aquí)