Era la primera vez que se aplicaba un contrato de este tipo para una actuación musical y salió mal... para el Ayuntamiento porque para los promotores el riesgo fue casi nulo: o recuperaban la inversión con las entradas o se aseguraban gran parte del coste en caso de pinchazo de público, una variable determinante en este tipo de eventos. Hablamos del concierto que Manuel Carrasco ofreció en el preámbulo de las fiestas de San Pedro (el sábado después del Curpillos) en el campo de rugby de San Amaro, y que reunió finalmente a 4.000 espectadores.

El Consistorio contrató al organizador del evento, que es el que corrió con la producción a cambio de un rendimiento mínimo. La fórmula firmada por el anterior equipo de Gobierno determinaba un coste cero si el aforo del recinto al aire libre (en una ciudad de clima traicionero) superaba el 88% de público, lo que en números se traduce en más de 7.042 espectadores. Pero al concierto del músico onubense le han faltado 3.000 espectadores para esa ganga. Carrasco no obtuvo la aceptación que presumían desde el Ayuntamiento, ya fuese por estar programado en medio de un puente, por coincidir con un partido determinante del San Pablo, por el precio de las entradas (entre 40 y 55 euros) o porque el artista no tiene en Burgos el respaldo de quienes confiaron en superar esas cifras. En el otro lado de la balanza está lo que ocurría de no llegar a los 5.000 espectadores (se quedaron a faltos de un millar). Entonces el Ayuntamiento asumía pagar 70.000 euros más IVA -como ya les adelantamos en este periódico- y que es el coste que al final le ha tocado desembolsar una vez contrastados los números de asistencia.

«Se ha tirado la casa por la ventana, sin ninguna previsión y sin cuadrar ingresos y gastos», ha denunciado la concejala de Festejos, Carolina Álvarez, al criticar las cuentas que se ha encontrado el actual equipo de Gobierno en este área. Álvarez alude a este contrato y al del concierto de Cadena Dial «que no estaba recomendado por el gerente de Cultura, Luis Simancas». En ese caso la actuación ha supuesto un desembolso de 40.000 euros más IVA al margen del coste de producción.