El tiempo corre en contra de la línea 102. Mientras se realizan los estudios sobre la viabilidad de Tren Directo, Madrid-Aranda de Duero-Burgos, la infraestructura se deteriora y aumenta la factura de una hipotética reapertura. El último contratiempo acaba de surgir en una trinchera de los kilómetros iniciales del ferrocarril, donde se ha producido un desprendimiento de piedras de gran tamaño, según se puede apreciar en las fotografías a las que ha tenido acceso este periódico de una fuente que prefiere permanecer en el anonimato.

El siniestro se localiza en las cercanías de Miraflores de la Sierra, en el kilómetro 46,7 de la línea Madrid-Burgos, donde varias rocas invaden la vía. En las inmediaciones se han producido varios más, hacia Soto del Real, aunque el de este punto es el más aparatoso. Se trata de una de las 14 trincheras que aparecían detalladas en el informe elaborado por la Dirección de Ingeniería Civil de Adif tras el desprendimiento que dejó atrapada una bateadora en el túnel 25, el de Robregordo, el 8 de marzo de 2011.

En ese documento, fechado un año después, se analizaba la situación de la línea y se enumeraban las actuaciones necesarias para reabrirla «en condiciones de seguridad» con una inversión total de 7,73 millones en el. De ellos, 4,28 estaban destinados a reparar y reforzar el pasaje en el que quedó atrapada la máquina y 1,2 millones a otro túnel en el que se detectaron problemas similares, el número 14 de la línea 102. El resto, 2,25 millones, debían servir para reforzar las trincheras entre Colmenar (Madrid) y Riaza (Segovia) en las que se había detectado un riesgo de gravedad alta en una revisión realizada en 2010. De las 14, la que ahora ha sufrido los desprendimientos era la tercera menos costosa, 78.880 euros se calculaban suficientes para la reparación.

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