Cultural Cordón dedica hasta mediados de junio la primera gran exposición en Burgos sobre Lucio Muñoz (Madrid, 1929-1998), uno de los maestros del informalismo español. La exposición aprovecha el techo-mural que acoge la sala y las tres puertas que el artista creó para Caja de Burgos en 1986 y con ellas envuelve una muestra que incluye otras grandes piezas de la época, justo antes y después de ese encargo. No se ha buscado solo una contextualización del gran mural de la Casa del Cordón, con obras cronológicamente próximas, sino que se ha buscado también mostrar sus antecedentes y la evolución posterior del trabajo de Lucio Muñoz hasta su último aliento.
Con una iluminación especial, el techo-mural cobra todo el significado al situarlo junto a obras en las que la madera es el elemento primordial, sin olvidar tampoco los grabados de grandes dimensiones que realizó en esos años. Se exponen también obras de su relación con el informalismo europeo y la cercanía con el paisaje.
Según ha explicado esta mañana su hijo, Rodrigo Muñoz, "Burgos fue uno de esos hitos vitales y pictóricos" que le unieron para siempre con esta ciudad, dado que ese techo-mural es unos de los murales de referencia que realizó durante su carrera. "Esa obra supuso un punto de inflexión porque justo antes había abandonado la madera para trabajar con el papel, a raíz de los grabados, pero tras realizar esta obra vuelve a ese material", ha añadido, además de reconocer que durante ese proyecto su padre fue "muy feliz".
'Lucio Muñoz. Vuelta a casa' puede visitarse hasta el 16 de junio en Cultural Cordón.