Para ser su último día de trabajo, no perdieron el tiempo. Los integrantes de la brigada helitransportada con base en Medina de Pomar trabajaron en los últimos coletazos del incendio del Valle de Mena y lo dejaron en nivel 0 para desplazarse al alto de Los Tornos, entre Burgos y Cantabria, donde se declaró otro incendio ayer por la tarde. Hoy estarán en las listas del paro, porque se finaliza su contrato como integrantes del operativo contra incendios de la Junta de Castilla y León.
Antes que estos profesionales de la lucha contra el fuego han sido finiquitados ya la mayoría de los que ocupan los puestos de vigilancia en las torretas, las cuadrillas de tierra y los conductores de autobombas y maquinaria pesada. De ahí que para atajar este último gran incendio la Administración regional haya necesitado a decenas de trabajadores dependientes del Estado, más de 70 militares de la UME y 65 bomberos forestales de las brigadas de refuerzo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, además de los voluntarios de varios parques de bomberos de la Diputación y los profesionales de Miranda de Ebro.
Ayer, las BRIF regresaron también a casa tras trabajar en el fondo de barranco donde se produjo la última reproducción del fuego, cerca de la pedanía de Arza.
Comisiones Obreras ha vuelto a reclamar un dispositivo permanente durante todo el año de manera inmediata, no para próximas campañas. «La necesidad es ya, no mañana ni pasado», reseña Ernesto Angulo, «porque las previsiones no son nada halagüeñas» y a las altas temperaturas, impropias de esta época del año, se añade la escasez de lluvias. «En Merindades es uno de los años hídricos más secos que se recuerdan», apunta. De hecho, la Diputación Foral de Vizcaya anunció ayer mismo que refuerza su operativo de extinción ante el elevado riesgo de incendios forestales en los próximos días (...).
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