Quién iba a pensar que una persona de su total confianza iba a estar detrás de los robos que sufrieron en sus domicilios. Las víctimas veían que desaparecían efectos de valor de sus casas, sobre todo joyas, y se preguntaban quién podía estar detrás de ello. No había signos de que nadie hubiera forzado sus viviendas, de manera que la Policía Nacional no tardó en deducir que el autor de esas sustracciones era alguien cercano, que tenía acceso a esas viviendas sin ningún tipo de problema. Y así fue.
Ahora el juzgado de lo penal número 1 de Burgos ha condenado a la ladrona a nueve meses de prisión en una sentencia que ha confirmado la Audiencia Provincial.
La investigación policial acreditó que la acusada había cometido hurtos en tres domicilios. En el de una amiga y sin consentimiento de ella acabó llevándose una pulsera, colgantes, una cadena y pendientes, efectos todos ellos valorados en un total de 609 euros. De casa de la madre de otra conocida sustrajo diversas joyas de oro, entre ellas una pulsea, anillos y pendientes que en conjunto costaban 835 euros. Y del domicilio de la madre de su novio robó 1.380 euros en joyas, entre ellas un cordón, una pulsera y diversos anillos.
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