«¿Australia?», preguntaron Casilda y Javier -los progenitores- aquella tarde de domingo durante la sobremesa. La 'pequeña' de la casa aprovechó el momento para lanzar la noticia. A Saray Lobo siempre le han gustado los retos y dominar el inglés era uno de los que tenía pendiente. El trabajo en Palencia llegaba a su fin y con unos pocos ahorros con los que contaba se veía capaz de empezar una nueva vida en uno de los lugares más remotos.
Siempre había escuchado maravillas sobre el continente más pequeño y menos poblado de la tierra y la idea de viajar y conocer otros lugares había rondado su mente siempre. «Era el momento, soy muy de corazonadas, así que sin pensármelo mucho contacté con una agencia para que me gestionara el visado», declara con énfasis. El plan inicial contemplaba permanecer allí 6 meses, lo que aproximadamente duraba el curso de idiomas que había ojeado, pero el éxito cosechado a base de esfuerzo y trabajo ha provocado que conceda esta entrevista a Diario de Burgos desde su casa frente a la playa 8 años después de haber aterrizado.
El 31 de enero de 2016 llegó a Oceanía en el vuelo más largo de su vida. Lo que por aquel entonces ignoraba es que el futuro la brindaría oportunidades difícilmente alcanzables en su Briviesca natal. Como muchos de los recién llegados a un país nuevo, con diferente lengua y cultura, probó suerte en el sector de la hostelería, sin dejar de lado la búsqueda de posibilidades existentes para desarrollar su carrera profesional como ingeniera civil. Esa insistencia y estudiar un máster de Gestión de Proyectos la guió directamente a dar con ACCIONA, la empresa que había comenzado la obra del tranvía en la ciudad de Sídney. Tras 3 entrevistas y según ella «coincidir en el momento correcto y lugar adecuado» inició su andadura en la compañía.
(El reportaje completo, en la edición impresa de este jueves de Diario de Burgos)