La estampa en el recinto de las piscinas de verano de Miranda se repite año tras año. Toallas, bañadores y alguna que otra silla toman el protagonismo, aunque este año habrá una nota diferente en ese escenario: los uniformes de la Policía Nacional. «Se les ha dado unos pases a los agentes y acudirá todos los días una pareja a controlar», afirma el concejal de Deportes, Aitor García, quien espera que con esta presencia se puedan evitar conductas incívicas y también pequeños hurtos en el recinto. El responsable municipal indica que con esta colaboración «nos hemos ahorrado contratar a la empresa de seguridad privada», a la que se recurrió el año pasado para mantener cierto orden en las instalaciones. 

Las visitas se realizarán principalmente por la tarde, cuando hay más bañistas y ayer dos agentes acudieron a la cita, entre la sorpresa de muchos por los uniformados. Entre la plantilla municipal del polideportivo ven con cierto recelo esta situación. En el sindicato Comisiones Obreras consideran que la medida «puede estar bien», pero consideran que debe haber algo más estable, por lo que demandan que no se suprima el refuerzo de la seguridad privada.

En la piscina se han visto a personas en el agua con ropa, algo que no está permitido, pero en CCOO explican que la figura de autoridad corresponde a los socorristas y al tenerlo externalizado las personas que cumplen esta función «suelen ser muy jóvenes e inexpertos». Eso se une a la falta de personal municipal que denuncian «porque uno estamos en la entrada, otro vende en taquilla y el tercero se encarga del resto de tareas en el Polideportivo». Por eso, los empleados critican que están atados a la hora de controlar las conductas incívicas y ven con dudas llamar a la Policía Nacional con cada problema.